Salud pública y trabajadores en la pandemia

Alan Fairlie y Rosa Varillas

Según la OMS, los países deben destinar mínimamente el 6% del PBI para Salud. (En América Latina, el presupuesto promedio es del 5%). Sin embargo, nuestro país sólo destina el 2.2%[1]. En el Perú, desde hace muchos años no se atiende el derecho fundamental a la salud del pueblo peruano. Esta realidad nos presenta ahora, abiertamente vulnerables ante una pandemia tan contagiosa y mortal.

Salud pública debilitada

El Covid19 llega así al Perú con un Sistema de Salud muy debilitado. Poco o nada se ha querido hacer al respecto, más bien ante la enorme debilidad de un Sistema de Salud Pública, se alentó el desarrollo de APPs y creció el enfoque privatista y de lucro con la Salud. Incluso “tercerizando” y diezmando aún más, el presupuesto del sector. Para la inmensa mayoría de peruanos una Salud mediocre o excluyente, para unos pocos el acceso a la Salud Privada. Ahora, en la pandemia, es nuestra alicaída Salud Pública la que tiene que enfrentarla.

Precariedad de la primera línea

Y, en primera línea están los trabajadores de la salud. Los mismos trabajadores que año tras año han exigido a los gobiernos de turno mayor presupuesto para la salud y mejora de sus condiciones laborales. Les cerraron las puertas y no atendieron sus demandas, pero ahora se acude a ellos con preocupación y se les exige mayor sacrificio. El ministro hace lo que puede con los aumentos de presupuesto que se están otorgando, pero debe enfrentar este déficit estructural.

Así tenemos al Minsa y a la Seguridad Social sin integrarse en un sistema coordinado y, a sus trabajadores en un proceso de pérdida de derechos. Los trabajadores nombrados han pasado a ser un pequeño porcentaje, la mayoría tiene  contratos precarios. Además, se incrementa cada día a trabajadores CAS o peor aún por locación de servicios, sin contrato laboral, seguro de salud, ni beneficios laborales. Es decir, fuerza de trabajo especializada pero sin derechos, que incluye desde médicos hasta auxiliares (profundizándose la discriminación laboral en el mismo sector).

Con esta precariedad laboral nuestra primera línea se enfrenta al Covid19, sumando a ello la falta de Equipos de Protección Personal (EPP) que son esenciales para evitar el contagio, la falta de pruebas y reactivos, de insumos y materiales para el tratamiento, de camas equipadas para los casos de gravedad, y peor aún la carencia de ventiladores mecánicos (inclusive, los locadores no recibían alimentación al inicio de la crisis del Covid19).

Por ello, los gremios de los trabajadores de la salud han levantado su voz de protesta. El Colegio Médico del Perú y la Federación Médica Peruana han demandado al gobierno que todos los médicos que sean locadores o terceros pasen inmediatamente a ser CAS hasta su nombramiento, contando con seguro de salud y vida. Asimismo, que se adquieran EPP, se realicen pruebas rápidas a los médicos de la primera línea, y se otorgue alimentación completa en todos los turnos, entre otros. También, gremios como SINAMSOP y el Sindicato de Enfermeras del Seguro Social – SINESS, denunciaron esta problemática.

Por otra parte, la Federación Nacional Unificada de Trabajadores del Sector Salud ha denunciado la falta de materiales e insumos de protección segura, situación que es constante en los diversos hospitales. Además, exigen que se debe reconocer y proteger al personal de todos los establecimientos de salud en los tres niveles de atención donde se forman los anillos de contención. De esta manera, son todos los trabajadores de la salud los que están expuestos al coronavirus, debiéndose otorgar igual reconocimiento.

El gobierno en medio de la crisis ha destinado recursos para implementar y equipar los nuevos lugares donde se trataran a los pacientes con coronavirus, recargando la responsabilidad de los trabajadores sin otorgarles la protección necesaria, incluso algunos empiezan a salvar responsabilidad estableciendo clausulas en los contratos para que los médicos se hagan responsables de su seguridad y salud cuando por Ley N° 29783 le corresponde al empleador.

Respuesta parcial

La reciente publicación del Decreto Supremo N° 13-2020-SA “Para asegurar la continuidad de las acciones de prevención, control, y diagnóstico del Covid19” ha tomado algunas de las demandas de los trabajadores sobre alimentación y los EPP. De esta manera, señala que la alimentación es una condición necesaria para la prestación del servicio y será otorgada de forma igualitaria a todo el personal de salud, y que cada establecimiento debe garantizar la provisión del EPP, ahora se necesita una adecuada fiscalización para que se cumpla la norma. Además se reitera que los nuevos trabajadores ingresarían mediante la modalidad de CAS.

Quedan pendientes aún demandas de fondo que deben ser subsanadas en este proceso, eliminar la contratación mediante terceros o locación de servicios y el pase inmediato de ese personal a contratos CAS camino a su nombramiento. Asegurar que todo el personal de salud labore con los debidos EPP y se brinden las condiciones adecuadas para su labor. La primera línea es la que  debe estar más protegida, de ellos dependen nuestras propias vidas.

Esta pandemia nos tiene que hacer reflexionar sobre la necesidad de fortalecer la Salud Pública, superar las graves falencias existentes y garantizar debidamente la universalidad de la salud, la cual es inexistente si no es acompañada de presupuesto y un trato adecuado a sus trabajadores. Esto debe ser una prioridad en una estrategia de desarrollo alternativa.


[1] Véase en: https://larepublica.pe/economia/2019/11/22/presupuesto-2020-se-destinara-18-mil-495-millones-para-el-sector-salud/

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