Un “pisquito” por favor
Alan Fairlie
Empresarios, mejor dicho mercachifles, se han inscrito para participar en el Concurso de Bruselas que se realizará en Chile en agosto. En esta competencia internacional de ‘Spirits Selection’, los productores locales aceptaron participar con la condición de cambiar el nombre y llamarse “aguardiente de uva”. Son 18 marcas participantes, pero según los organizadores, por las características de dicha actividad no se pueden conocer a los productores de pisco hasta que termine el concurso y solo si son elegidos como ganadores.
Aquí no solo hay responsabilidad de los concursantes, sino de los organizadores que conocen perfectamente que hay una disputa internacional por la denominación de origen en diferentes foros internacionales y tratados comerciales. A pesar de ello organizan esta actividad en Chile, donde saben, el Perú no puede participar con su denominación de origen, tomando en la práctica partido por el vecino del sur. Es más, habrían cambiado el reglamento a solicitud del país anfitrión. En otras ediciones del concurso desarrollado en otras sedes se ha dado una competencia abierta.
La punta del iceberg
La producción se ha incrementado sostenidamente, así como las exportaciones (Gráfico 1).
Gráfico 1
Fuente: Comisión Nacional del Pisco – CONAPISCO
Pero, ya hay empresas que exportan a Chile, como aguardiente (cuadro 1). Aproximadamente el 40% de lo que se exporta va al vecino del sur que ha pirateado nuestro producto hace mucho tiempo, con una cuidadosa estrategia de normativa interna y posicionamiento internacional a la que respondimos tardíamente. Sin embargo, se han hecho grandes esfuerzos que han tenido resultados, con la estandarización del producto, la mejora de la calidad, los envases y la promoción. Ahora se deberá certificar antes de su comercialización que se trata efectivamente de Pisco, con las características técnicas de su producción.
Cuadro 1
Fuente: Aduanas. Elaboración: Gestión
Este gran esfuerzo de diferentes entidades estatales y de empresarios y gremios se puede tirar por la borda con acciones como las que comentamos, que no deben pasar. No solo se les debe quitar la denominación de pisco, se debe impedir que exporten al sur con otra denominación, y los consumidores deberían boicotear toda la gama de productos que comercializan internamente. Si la motivación es mercantil, traicionando una estrategia nacional, hay que responderles también con enérgicas normas internas y con acciones de mercado contundentes. Si no recapacitan, se debe agotar esfuerzos para que solo les quede cambiar de giro y buscar hacer fortuna en otros sectores.
Afortunadamente, tenemos reacciones positivas. Por ejemplo, la Sociedad Nacional de Industrias ha rechazado las condiciones del concurso en Chile y afirma que ninguno de sus asociados participará en el mismo. Igual ocurre con el nuevo ministro de la Producción, que ha sido categórico al respecto, como funcionario y como empresario del sector. Indecopi se ha pronunciado y analiza sanciones, que en realidad deberían ser las máximas que la legislación permita.
Este caso muestra la necesidad de tener estrategias integrales de promoción de producción, defensa de marcas y nuestra propiedad intelectual, así como de proyección internacional del país. Hemos avanzado, no podemos retroceder por unos cuantos irresponsables.
Otros casos
Nos debe servir como ejemplo para no repetirlo en otros sectores o actividades económicas. Lamentablemente, tuvimos un problema parecido con la quinua.
La producción está principalmente en Puno, y otras regiones de la sierra peruana, la mayor parte de las cuales es orgánica. Compartimos esas características con Bolivia, siendo conjuntamente los mayores productores y exportadores en el mundo.
Toda esa proyección internacional se puso en riesgo, pero en este caso, por una política doméstica. En el año internacional de la quinua se promovió el cultivo en la costa, con otras tecnologías, pero también con el uso de insecticidas. Pero, lo peor fue que fueron devueltos de EEUU embarques por problemas fitosanitarios. No solo se echaba por la borda la proyección previa del Perú sino de Bolivia, afectándose el prestigio y la presencia en mercados internacionales.
Aquí no fue la acción de mercachifles inescrupulosos, sino del Estado con políticas equivocadas. Por eso, señalamos la necesidad de estrategias integrales que constituyan políticas de Estado que se apliquen independientemente del gobierno de turno, y que se castigue con normas existentes o que se creen otras lo suficientemente disuasivas para que no se boicoteen estrategias nacionales que cuestan mucho implementar, pero que se pueden destruir rápidamente.
Lecciones
Lo positivo ha sido la inmediata reacción indignada de la población y diferentes sectores frente a esta falta a un producto de bandera, que algunos han calificado de traición a la Patria. Es algo que no podemos tolerar, no solo por el caso específico, sino por las estrategias nacionales que se impulsan en otros sectores y la proyección internacional del país, que se ponen en riesgo. Que el rechazo se convierta en acciones concretas y contundentes, que les quiten las ganas a otros actores a ponerse de espaldas al país, por un plato de lentejas.
Me parece muy oportuno, y, sabiendo que hay esas restricciones comerciales, sugiero que si bien se vean obligados a exportar como aguardiente, pues que presenten su etiqueta «pisco peruano» como una marca.
Sugerencia sobre el pisco: que el pisco peruano aumente su producción y exportación a niveles por lo menos el doble, con una gran exportación, todos estarían contentos. Ahora solamente exportan a Chile y Estados Unidos, y parece que todo competidor que aparezca puede ganar en cantidad de producción.