La inclusión financiera en el Perú

Alan Fairlie  

La CAF[1], señala que existe una alta correlación entre los niveles de pobreza y la exclusión del sector financiero formal, por lo cual la inclusión financiera debe ser vista como una política de inserción productiva, que favorezca al crecimiento y desarrollo del país, además de disminuir los niveles de pobreza.

América Latina presenta algunos avances en cuanto a inclusión financiera, habiéndose desarrollado con mayor éxito en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, aunque persisten los retos: por un lado, en materia de acceso a información que permita a la población tomar decisiones responsables, conscientes y acertadas, y por otro lado, el acceso a servicios financieros.

El Banco Mundial señala que el aumento de servicios financieros en zonas rurales, se asocia con una disminución de la pobreza rural y un aumento de la producción y del PIB. Así se dio en el caso mexicano, en donde luego de la apertura de puntos de acceso bancarios en tiendas minoristas, se registró un aumento de 7% del ingreso promedio y 1,4% del empleo[2].

Para CEPAL, resulta indispensable ampliar los niveles de acceso financiero y de bancarización orientados a los hogares y las pymes, que tradicionalmente están excluidos de los servicios financieros formales. En ese sentido, es fundamental garantizar el apoyo a las pymes, puesto que son actores clave en la estructura productiva de la región y el país,  así como en la  generación de empleo.

En Perú, actualmente se viene desarrollando la Política Nacional de Inclusión Financiera, que tiene como principal objetivo mejorar la articulación de las iniciativas en diversos sectores, por lo que se viene trabajando en facilitar el acceso y uso de diversos servicios de calidad por parte de todos los segmentos de la población.

De acuerdo a la SBS, el acceso al sistema financiero (SF) se ha incrementado, ya que en 2011 solo el 33% de los distritos tenían presencia en el SF y en el 2018 este porcentaje se incrementó a 82%. Asimismo, para el mismo período, el porcentaje de adultos cubiertos pasó de 82 % a 98%. La SBS identifica como factores que afectan la inclusión financiera, por el lado de la oferta: conductas inadecuadas y cobertura insuficiente de servicios, financieros inadecuados. Y en el caso de la demanda: la volatilidad en los niveles de ingreso, bajo nivel de confianza, altos niveles de informalidad y sobre todo la falta de una educación financiera y digital.

En ese sentido, resulta necesario promover herramientas de inclusión financiera basadas en una mayor educación financiera, así como el uso de medios electrónicos, a fin de garantizar la protección de los consumidores, además de una adecuada orientación que les permita tomar decisiones financieras informadas.

Foto portada: Agencia Andina


[1] APEC. (2014) APEC Guidebook on Financial and Economic Literacy in Basic Education. Human Resources Development Working Group. Pag. 1

[2] Pearce, Douglas. (2014) Estrategias Nacionales de Inclusión Financiera (ENIF) y Desarrollo Financiero.

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