VENEZUELA: APOYEMOS UNA SALIDA NEGOCIADA Y NO LA POLARIZACIÓN DEL CONFLICTO.

EEUU y sus seguidores, no han logrado los votos para desconocer a Maduro, ni en la OEA, ni en Naciones Unidas. No pudieron implementar el plan B,  de aislamiento absoluto del régimen. Fracasó el golpe de estado (su plan A), que era la división de las fuerzas armadas de Venezuela, acompañado de  la movilización, con enfrentamientos sangrientos que deberían haberse producido.

México y Uruguay ofrecieron mediación que Maduro aceptó, y el gobierno paralelo no. Lo que sigue es la búsqueda de autorización de la llegada de ayuda humanitaria, pero alguien tiene que llevarla. El escenario del conflicto, la polarización, que incluye en su extremo, una posible invasión militar.

El tema legal tiene para argumentos y justificación de ambas partes. Unos señalan que la elección no fue democrática y supervisada por observadores imparciales, que hay una dictadura que sojuzga al pueblo y encarcela opositores.

De otro lado, el Canciller señaló que se está actuando contra la carta de Naciones Unidas al reconocer un gobierno paralelo, que han estado dialogando antes y en República  Dominicana, fue la oposición la que no firmó. Que en las elecciones algunos grupos no participaron, tratando de boicotear sin éxito la elección. Que la constitución bolivariana, reconoce varios poderes y la juramentación fue ante el consejo supremo, una de las opciones vigentes. Que las causales argumentadas para un reemplazo del Presidente por la asamblea nacional, no se cumplen

Pero, lo legal no es el problema central. Es el petróleo venezolano y la geopolítica mundial, y en el medio una población que sufre una crisis económica y social, sin precedentes. Esta, se ha producido por factores principalmente internos, pero también externos. Agudizada ahora, por la escalada de presión internacional al régimen.

Hay intereses de EEUU, de China, Rusia en el país, estos dos últimos aliados. China señaló con claridad que Venezuela no es una amenaza a la seguridad mundial. Y, Rusia, que hay una injerencia no disimulada  de EEU en los asuntos internos de Venezuela. Son acreedores principales de Venezuela, proveedores de armamento, y cada cual defiende sus intereses. ¿Cuáles son los del Perú? ¿Sellar un alineamiento con la superpotencia, contribuyendo a escalar un conflicto a niveles impredecibles?.

Es cierto que la democracia, los derechos humanos son elementos centrales a defender en los países, que ameritan presencia y acción para defenderla a escala internacional. Pero, están establecidos mecanismos como la “cláusula  democrática” para implementarla. No lo han conseguido en la OEA, no tienen los votos.

De otro lado, está la doctrina Estrada de no intervención, que es a la que han apelado México y Uruguay. Pero, también China, Rusia, Sudáfrica, países africanos y asiáticos. Esto ha impedido también, una condena en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Quedan dos caminos, escalar el conflicto y una guerra civil o invasión militar, o buscar con el diálogo una salida negociada. Hasta ahora quien ha mostrado sus disposición al mismo es Maduro, la oposición o el gobierno paralelo, sigue buscando un mayor reconocimiento externo y el intento de generar una división de las fuerzas armadas (que hasta el momento no se ha producido).

La presión internacional debería ser para que ese diálogo se establezca, con mecanismos de implementación de los resultados. Hay una salida de un % importante de población que no sale principalmente porque son refugiados políticos, sino por la crisis económica interna. EL bloqueo económico, el congelamiento de cuentas (como el de Inglaterra), no ayudan demasiado al diálogo. Es  parte de una estrategia que escala la confrontación, como la decisión de golpear las operaciones de PDVSA en EEUU, le quita liquidez indispensable a Venezuela y los petróleos ligeros que necesita. Más que al régimen, perjudica severamente a la ya muy golpeada población venezolana.

Internamente, se están creando las condiciones, para que una salida violenta ya no se vea tan “costosa”, por parte de los diferentes actores económicos, sociales y políticos del país. Una situación de” estancamiento dañino” donde haya la percepción de que nadie puede ganar, pero tampoco están dispuestos a ceder.

Es una lástima que el Perú esté en este segundo camino, y no en el de México y Uruguay, que están haciendo todos los esfuerzos para abrir caminos de diálogo, que eviten un derramamiento de sangre en un país hermano. O el del Papa, que ha hecho un ofrecimiento para ejercer una mediación.

La violencia no solo desangrará a Venezuela. Además, se extendería en la región y dejaríamos de ser una “zona de paz”, algo que históricamente ha planteado no solo el Perú, sino el conjunto de países latinoamericanos.

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