¡Sálvense quien pueda! ¿Quién garantiza vivienda y barrios dignos para todos y todas?

Patty Panta Ubillús – Tesista de la carrera de Arquitectura

El sistema imperante y las cuestionables políticas neoliberales, han originado y dan soporte a una crisis que enfrentan los barrios pobres del mundo. Caótica forma de “vivir” en ciudades donde prima lo individual sobre lo colectivo. Sí, las ciudades neoliberales; escenario perfecto de las grandes desigualdades urbanas.

En el marco de la pandemia un sector importante del Perú enfrenta peor las consecuencias de injusticias sociales, materializadas en la reproducción desigual de los barrios y la vivienda. El 79,3% del total de la población nacional, vive en áreas urbanas.1 Suele decirse, población que “vive en la ciudad”, pero es una descripción engañosa. Según Sousa (2017) trabajar y cruzar ciudades no es vivir en la ciudad, la mayoría no vive en espacios urbanos, sino, en espacios desurbanizados, sin servicios indispensables y de calidad para la convivencia humana y urbana.2

Veamos el siguiente caso: La integrante, cabeza de un hogar pobre, se contagió del virus Covid – 19. Su vivienda ubicada en el cerro, carece de habitaciones para cubrir el número de habitantes en total, no tienen servicios básicos como el agua y desagüe, la luz y el internet. A diario tiene accidentados viajes por la difícil accesibilidad, el espacio público es apenas la vía relajadamente afirmada. Y para colmo, los centros de salud ya colapsaron. Es decir, espacios para el óptimo uso, que garanticen vida, seguridad y protección en el barrio y su casa, no existen. ¿Cuántos miembros más podrían contagiarse y sufrir la perdida inevitable de la vida? Lamentablemente, la pobreza se traduce, en sobrevivir con pésimas condiciones de habitabilidad en la vivienda y su entorno.

Acatar el confinamiento, tiene variables que duelen, por la evidente desigualdad. Mientras una minoría con privilegios, cuenta con todo para garantizar la seguridad sanitaria y disfrutar de los derechos plenamente. Por la otra parte, la mayoría, se priva del derecho a la ciudad, a la vivienda digna, a la salud y educación pública de calidad y al trabajo seguro con salarios justos. Queda claro, quienes tienen realmente la posibilidad de salvarse.

Lamentablemente, no es falta de comprensión a la magnitud de la crisis de la vivienda y los barrios pobres. Es más bien, la falta de preocupación y acción del estado. Un inolvidable episodio de la historia del Perú, es la constitución del 93, que entre todos los derechos que suprimieron, está la vivienda. Cabe mencionar que aun cuando los derechos son constitucionalmente legítimos, no se terminan de garantizar. Pero, el neoliberalismo implantado, ha contribuido y facilitado los procesos de mercantilización de los componentes de la ciudad. Y hoy, sin derecho a la vivienda, esta resulta ser un negocio rentable para el mercado.

La crisis por el Covid, viene a agravar las crisis sostenidas por este sistema. Un universo de crisis que han evidenciado el dominio e interés del capital. En respuesta, Montaner y Muxi (2011) mencionan que el problema de la vivienda no tiene una única solución brillante, pero si la necesidad de un arduo trabajo: movimientos sociales, cambios en la legislación, apoyo económico, control del precio del suelo, etcétera.3 Entonces urge, no solo la voluntad, sino, la acción política de los gobiernos y la sociedad civil, para trazar el camino hacia la transformación de las ciudades, donde se garantice vivienda y barrios dignos para todos y todas.

1 INEI (2018). Censo Nacional 2017.

2 Sousa, B. [Agora News]. (2017, 1 de diciembre). III Conferencia Profesor Boaventura de Sousa Santos [Video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=yqNPWA2SnE4

3 Montaner y Muxi (2011). Arquitectura y Política. Ensayos para mundos alternativos. Gustavo Gili.

Foto: El Nacional

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