Responsabilidad social empresarial como forma de dominación en la posmodernidad.
Jorge Damian Cayllahue Torres*
Es interesante cómo algunos problemas, necesarios para el funcionamiento del sistema económico actual, como el consumismo ha sido actualizado de manera tal que las personas no se sientan mal por ser meros consumistas. Esto parece increíble en tiempos actuales, donde muchas y muchos exigen políticas amigables con el medio ambiente. ¿Cómo sucede esto? Una de las formas de mantener esa contradicción es mediante la “Responsabilidad Social de las empresas” La Responsabilidad Social es un modelo de gestión que busca tener un impacto positivo en el entorno donde desarrolla sus actividades y que busca relaciones “ganar-ganar” entre todos sus grupos de interés relacionados directa o indirectamente a la organización, sin embargo, hay truco; usaré el ejemplo (Starbucks) de otro parlamentario andino universitario que escribió sobre el tema de la responsabilidad social y la relación de la empresa con los consumidores, pero desde otro enfoque.
El asunto es el siguiente: “ya no te venden solamente café”; aquello extra que se nos da es nuestra salvación de ser simples consumistas, pues mediante el mismo acto del consumo estamos colaborando, nos dice la empresa, con los productores, con las comunidades, en fin, todo aquello que involucra la Responsabilidad Social empresarial. Esto puede parecer positivo, pero no estamos solucionando nada: no reducimos el consumismo, lo incrementamos. Slavoj Žižek suele poner ejemplos interesantes como el de “arrojar al bebé con el agua sucia de la bañera”. El agua sucia representa el problema, en esta situación es el consumismo, y el bebé lo que económico que se da a través de la circulación de mercancías: como vemos, intentamos despojar lo pernicioso del acto consumista mediante dicho extra que nos hace verlo como algo positivo; no estamos arrojando el agua sucia y, por lo tanto, mantenemos al bebé ahí.
Buscamos un consumismo que no sea consumismo, al mismo estilo de la leche deslactosada o del café sin cafeína, porque antes que cualquier otra cosa somos consumidores: antes que ver al consumismo como un problema, lo vemos como algo inherente a nuestra persona, empezamos a definirnos por lo que tenemos y no por lo que quizá seamos, es bastante usual en la posmodernidad que nos diferenciemos de los demás por marcas y no es nada raro escuchar “yo soy Nike corazón”. Eso por el lado de los consumidores.
Pero ¿qué busca la empresa al ser socialmente responsable? Bourdieu dice que “se posee también dando”, o sea, podemos acumular más mientras más entreguemos. Con la transformación de capital económico en capital simbólico podemos obtener aún mucho más capital económico; esto es un modo de dominación: mediante acciones de apoyo a la comunidad se crea en ellas una obligación de deuda, no económica, sino simbólica, que se traduce en una actitud pacífica, cooperativa, frente a algún proyecto que se quiera iniciar.
Lo cual deja un panorama en el que al final de cuentas no hemos cambiado absolutamente nada. En fin, tomar conciencia de la situación es complicado, Žižek menciona como una de las enseñanzas del psicoanálisis que la actitud normal del ser humano es el “no saber”, pues conocer verdaderamente algo solo se logra mediante una lucha dolorosa contra esta actitud, añadiéndole la dificultad de que ahora la lucha está estigmatizada.
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*Estudiante de Sociología y miembro de la Comisión Tercera “De Seguridad Regional, Desarrollo Sustentable, Soberanía y Seguridad Alimentaria” del PAU – UNSA
Imagen: Fundación Red de Árboles