Política económica en el nuevo escenario político

Alan Fairlie Reinoso

Diversas entidades nacionales e internacionales, han ajustado a la baja sus cálculos sobre el crecimiento económico del Perú para el 2018, dada la pérdida de dinamismo asociado a la crisis política. Aunque hay quienes señalan que dada la mejora en el contexto internacional, el estancamiento se debe a inadecuadas políticas macroeconómicas (principalmente la fiscal).

En efecto, hubo un incremento del precio de los principales metales al cierre del 2017 en comparación con el 2016. Cobre (en 30.1%); plata (en 6%); zinc (en 29.1%), oro (en 11.9%) y plomo (en 25.7%)[1].

En el año 2017 el crecimiento del PBI fue de 2.5%[1] por los desastres naturales, escándalos de corrupción en la gestión pública, caída en la inversión pública y políticas inadecuadas. Las expectativas macroeconómicas del PBI también presentan una ligera caída, según las encuestas del BCRP. La inversión privada ha tenido tasas negativas los últimos años y no se ha recuperado sustancialmente, a pesar de los buenos precios internacionales.

Según el último reporte de Situación del Mercado Laboral en Lima Metropolitana del INEI[2](diciembre 2017 – febrero 2018), la tasa de personas desocupadas en relación a la Población Económicamente Activa (PEA) es 8%, porcentaje superior al mismo periodo del año anterior (5.3%) Asimismo, las personas subempleadas aumentaron en 4.2%.

Solo en el 2017, se perdieron 127 mil trabajos formales y se crearon 441 mil empleos informales, según la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).

Además el déficit fiscal está alrededor del 3.5% del PBI, con una notoria reducción de las reservas fiscales. La presión tributaria en 12.9% del PBI, la más baja en años. En suma, enfriamiento económico, camino a la recesión, con menos margen de maniobra para las políticas.

Política fiscal y monetaria

El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), redujo la tasa de interés de referencia a 2.75%, (su nivel más bajo en 7 años), para estimular la economía.

Según el BCRP, responde a la reversión de choques de oferta y a un nivel de actividad económica inferior a su potencial[1], lo cual explica los bajos niveles de inflación, que durante el 2017 registró el menor nivel de los últimos 8 años, y que en estos últimos meses bordea el tramo inferior del rango meta.

De la misma manera, se espera que la inversión pública se ejecute con mayor dinamismo durante este año, como se tiene previsto en el Marco Macroeconómico Multianual (2018-2021) del Ministerio de Economía y Finanzas, en el que se estima un destino de recursos equivalentes a 5.7% del PBI[2].

En su último reporte de Inflación (marzo, 2018), el BCRP ha variado positivamente su proyección para la inversión pública para los años 2018 y 2019, en relación a las estimaciones de su Reporte del año pasado. Asimismo, según el MEF, en febrero 2018 esta ha tenido un repunte de 53.9% en términos reales, en comparación con febrero 2017[3](Aeropuerto Chinchero, Juegos Panamericanos e inversión en infraestructura para la reconstrucción).

Sin embargo, no ha superado el 5% del PBI, y hay escepticismo que se pueda cumplir con estas metas de inversión pública, dado el problema con las constructoras y el próximo proceso electoral.

Nuevo Presidente

Contra pronósticos agoreros, el tránsito presidencial que dio salida por el momento a la crisis política, no generó ningún ruido económico. Variables como el tipo de cambio, cotizaciones en la Bolsa de Valores, incluso mejoraron, como una evidencia que los actores económicos habían internalizado ese escenario.

El Presidente del BCR no parece contribuir a la recuperación con anuncios alarmistas como el que el aumento del salario mínimo en 80 soles, generará pérdida de 118,000 empleos y aumentará la informalidad de 28,000 ciudadanos. Sería bueno presentar evidencia empírica, ya que no tienen antecedentes en la evolución económica de los últimos años.

El presidente Vizcarra anunció como prioridad la reconstrucción, educación y salud y llamó a un pacto social. Es positivo, pero se requiere un pacto fiscal para financiar en el corto plazo políticas macroeconómicas contracíclicas, y cambios estructurales de mediano plazo.

Esto implica combatir la corrupción, la elusión y evasión fiscales, que paguen más los que ganen más, cobrar deudas atrasadas empresariales y eliminar exoneraciones que no se justifiquen.

Supone eliminar el control del estado por los poderes fácticos para los negocios que se van conociendo, poniendo efectivamente primero el Perú. Eso no se logra con nuevas caras para viejas políticas. Si se persiste en ese camino, habrá una transición accidentada, y solo habremos tenido un respiro con expectativas alimentadas a la población más perjudicada, que exigirán cumplimiento.

[1] Nota Informativa: “BCRP redujo la tasa de interés de referencia a 2.75%”, BCRP (marzo 2018).

[2] Marco Macroeconómico Multianual 2018-2021 (MEF, 2017). (https://www.mef.gob.pe/contenidos/pol_econ/marco_macro/MMM_2018_2021.pdf).

[3] Nota de Prensa MEF (01.03.2018) Inversión pública creció 53.9%, la mayor tasa de crecimiento desde abril de 2013.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Similar Posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *