Política económica: autocrítica necesaria
Alan Fairlie Reinoso
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De acuerdo con el MEF, al 5 de julio, el Plan Económico es de S/120,080 millones de soles o 15.9% del PBI, los cuales han sido destinados a la atención a la emergencia, el soporte a las familias y empresas, y a la cadena de pagos y apoyo y soporte a la economía (véase Figura N°1).
Dentro de las medidas para dar soporte a las familias, la entrega de bonos ha sido la más importante. (se muestra en la Figura N°2, su ejecución).
Por otro lado, respecto a las medidas de apoyo a las empresas, el Programa “Reactiva Perú”, ha sido el más relevante, con un monto equivalente a más del 8% del PBI. Según el MEF, este programa ha sido exitoso debido a que las tasas de interés han sido históricamente las más bajas, sobre todo para las MYPES (véase Figura N°3).
Por otro lado, para impulsar la demanda, el gobierno ha lanzado el programa “Arranca Perú”, el cual a través de proyectos de inversión pública por un monto equivalente 6,436 millones de soles, permitiría la creación de 1 millón 9,740 de puestos de trabajo en el Perú en el segundo semestre del año. Estos proyectos comprenden 4 sectores económicos: transporte y comunicaciones, vivienda, agricultura y trabajo. Como podemos observar en el Cuadro N°1, el monto asignado es de 0,9% del PBI. Asimismo, más de la mitad está destinado para el mantenimiento de redes viales nacional y vecinal (57%).
Cero autocrítica
El gobierno ha dado cifras de propaganda, pero no todo lo que brilla es oro. En artículo anterior ( Ver: http://alanfairliereinoso.pe/?p=6704), mostramos que cuando se desagregan las cifras, el impulso fiscal no es tan grande y buena parte de los recursos son ingresos o ahorros de los trabajadores formales en diferentes instrumentos. Otro monto significativo tiene que ver con los préstamos y la liquidez otorgada por el BCR, canalizados sobre todo a la mediana y gran empresa, algunas con cuestionamientos de malos antecedentes o manejos tributarios. Es cierto que créditos se han colocado a bajas tasas de interés, el problema es que no han llegado prioritariamente a quienes más lo necesitan.
El gobierno fue cambiando por las críticas de diferentes sectores y tratando de neutralizar las medidas que el Congreso daba, sin una autocrítica sincera. Sacó bonos diferentes, negándose a un bono universal que se ha dado en otros países por varios meses. Impulso reactivo 2, cuando era evidente que no llegaba el anterior a las pequeñas y medianas empresas. Cuando ve que el impulso fiscal es insuficiente, saca Arranca Perú. Cuando las críticas por el abandono al sector agrario y de agricultura familiar son ya generalizadas, anuncia fondos de emergencia para el sector.
Las universidades, científicos peruanos e institutos de la Fuerzas Armadas, crearon pruebas moleculares, respiradores instrumentos de protección al personal de salud, pero el gobierno demoró tremendamente en habilitar laboratorios y en apoyar esas iniciativas o para proveer oxígeno medicinal. Pero, nada de política comercial para frenar la competencia desleal de importaciones manufactureras y agrícolas, cuando por la cuarentena nuestras empresas estaban paralizadas, nada de atacar el acaparamiento y el abuso de poder monopólico en diferentes sectores de bienes y servicios. Nada de promover eslabonamientos industriales y sinergias en diferentes sectores, que incluso han sido solicitadas por gremios empresariales con propuestas concretas. Mucho menos gravar a los grandes patrimonios y riquezas por una sola vez, como solidaridad frente a la terrible pandemia.
Más bien, se mantuvieron en actividad los sectores primarios, pese a no respetar protocolos lo que ha llevado a miles de trabajadores infectados, y se vela porque al capital extranjero no se le toque ni con el pétalo de una rosa.
Cero autocríticas pese a la manifiesta improvisación y deficiencias de gestión, más allá de problemas estructurales como la inclusión financiera o la informalidad. Para ello también se hicieron sugerencias de una mayor participación del Banco de la Nación, lo que no se ha querido atender, hasta el momento. En medio de la pandemia se cambia legislación sobre transgénicos, se otorgan concesiones petroleras en el mar de Grau, se busca limitar el ejercicio de la consulta previa a las comunidades nativas de sierra y selva, fuertemente golpeadas por la pandemia.
Si bien sabíamos que los choques adversos originados por la emergencia sanitaria iban a tener consecuencias negativas sobre los resultados económicos para este año, no se esperaba que las medidas propagandizadas como el estímulo económico más alto de la región, nos iban a colocar entre los que peores resultados económicos tendrán este año, incluso si nos comparamos con varios países de la región que tienen factores estructurales similares a los nuestros.
Según las últimas proyecciones de crecimiento para el año 2020 realizadas por organismos internacionales, el BCRP, y el sector privado local prevén que el PBI caerá en 13% en promedio (véase Cuadro 2). El MEF aún no muestra una proyección oficial.
Los datos indican que las medidas económicas del gobierno no han sido suficientes ni eficaces. Es necesario que se establezca un ingreso básico universal, como lo vienen aplicando diversos países a nivel mundial. Asimismo, hace falta dar un impulso significativo a través de la inversión pública. El Programa Reactiva Perú también debe ser mejorado para que los créditos lleguen a las micro y pequeñas empresas que han sido las más golpeadas por la crisis y son las que mayor empleo generan a nuestro país. Se necesitan políticas comerciales e industriales y sectoriales activas, dando recursos inmediatos para la ciencia y tecnología nacional.
Se le pudo dar un rol mucho más activo a las Fuerzas Armadas, con las convocatorias institucionales que correspondan, formando los comandos y equipos con la mejor gente del país. No se quiso hacer. Ahora que se ha llamado a elecciones generales, sería un buen momento para un gabinete de unidad nacional que conduzca la transición. Más aún, si habrá que lidiar con las consecuencias de un reinicio generalizado de actividades económicas. Hay descontento y polarización, siendo las escaramuzas entre gobierno y Congreso, tan solo la punta del iceberg.
Foto tomada de : Diario Gestión