INFORMALIDAD EN EL EMPLEO RURAL

Alan Fairlie Reinoso

La Organización Internacional del Trabajo – OIT, ha publicado un reciente estudio, denominado “Empleo informal en la economía rural de América Latina 2012 – 2019. Un panorama y tendencias regionales pre-pandemia COVID-19”[1]. Se aborda la situación de los trabajadores en el mundo rural con estadísticas que demuestran los altos índices de informalidad en los empleos laborales rurales, y se señalan algunas consideraciones de política para hacer frente a esta situación y avanzar hacia el trabajo decente.

En el estudio, la OIT indica que el empleo informal es mayoritario en la región a nivel rural. De los datos al año 2019, tenemos que el 76.2% tiene empleo informal rural, y excluyendo al sector agrícola llega al 65.8% (el sector informal aporta el 62.5% del empleo informal rural en la región). A nivel de la región, los Países Andinos tienen la tasa es más alta, (alcanzando el 86.6%), le sigue Centroamérica y México con el 74.8%, y los países del Cono Sur con el 67.1%. Los países que registran un elevado empleo informal rural, con el 94.1%, son Perú y Honduras.

Asimismo, se indica que la diferencia estructural fundamental entre los mercados de trabajo rurales y urbanos se da por la mayor presencia de trabajadores por cuenta propia (autónomos), y trabajadores familiares auxiliares en el sector rural. Por lo que, los trabajadores de áreas rurales tienen 1.7 veces más probabilidad de tener un empleo informal, que los de las áreas urbanas. A su vez, los trabajadores por cuenta propia tienen las tasas más altas de empleo informal, llegando a un 87.1%. Los trabajadores familiares auxiliares representan el 16.3% de los ocupados con empleo informal, y los trabajadores por cuenta propia el 43.8%.

Las más afectadas con el empleo informal rural son las mujeres (quienes llegan al 78.2%), frente a los hombres (que alcanzan el 75.1%). Asimismo, a nivel de los jóvenes la tasa de informalidad es el 85%, mientras que los adultos cuentan con el 74.1%. El informe también señala que la tendencia de los últimos años es el incremento de ocupaciones rurales no agrícolas, como el sector servicios, que también ha elevado el empleo informal rural. Este sector pasó del 28.3% del empleo rural total en el 2012, al 32.2% en 2019.

Algunas consideraciones de políticas

La OIT ha señalado que la formalización del empleo en el sector rural es un reto a largo plazo, para lo cual se requiere un enfoque integral mediante políticas que desarrollen cuatro temas importantes: productividad, normas, incentivos y fiscalización. Estas políticas deben ir de la mano con los programas de formalización del empleo para otorgar a los trabajadores seguridad social y puedan acceder a las coberturas en salud y tener derecho a pensiones de vejez. Para ello, la OIT cuenta con la Recomendación N° 202 “Sobre los pisos de protección social” que tiene como fin integrar los programas contributivos y no contributivos para alcanzar la universalización de la seguridad social.

Sobre las políticas de desarrollo productivo que contribuyan a la promoción de una agricultura familiar sostenible , y a la inserción de unidades económicas rurales en cadenas agroalimentarias modernas y dinámicas, la OIT ha señalado las siguientes: a) promoción de la asociatividad y articulación productiva entre pequeños productores y MYPE con medianas y grandes empresa; b) fortalecimiento de la investigación y desarrollo relevante para las MYPE rurales; c) promoción del acceso a financiamiento, y d) fortalecimiento de la gestión empresarial para la mejora de la productividad y condiciones laborales.

Los datos mostrados por la OIT nos muestran la urgencia de atender la problemática de informalidad en el mundo rural, agudizada en  la crisis actual. Por ello, es necesario avanzar hacia políticas integradoras y establecer una ruta de formalización, apoyo para una mayor producción, reconocimiento de derechos laborales y protección social universal para los trabajadores del sector rural. Asimismo, fortalecer la educación y formación profesional a nivel rural para dar respuestas a los constantes cambios que se vienen dando en el mundo del trabajo.


[1] Véase en: https://www.ilo.org/americas/sala-de-prensa/WCMS_795315/lang–es/index.htm

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