Desastre, políticas de reactivación y actores
Alan Fairlie
El desastre se ha generalizado y estamos en una emergencia nacional. Desde aquí expresamos nuestra solidaridad con las víctimas y afectados.
Las causas se podrán discutir. Desde los efectos estructurales del cambio climático, hasta las responsabilidades locales y nacionales de no haber implementado cabalmente las tareas de previsión. Es una combinación de múltiples factores y ya habrá tiempo para evaluar y eventualmente sancionar. Pero, ahora debemos enfrentar la emergencia, dando los recursos que se requieran. En segundo lugar, dejar de lado las utilizaciones políticas y trabajar unidos ahora y en la reconstrucción.
Es fundamental reforzar la gestión institucional del Comando Nacional de Emergencia, no solo con los sectores sino territorialmente, recreando en las regiones organismos ejecutores con los diferentes actores representativos.
Desastre y actores
El Congreso hizo muy bien en suspender la interpelación y permitir que los congresistas regresen a sus regiones para atender las emergencias. El Ejecutivo asistió a las diferentes regiones y realizó gabinetes in situ. Las fuerzas armadas han hecho un gran despliegue, como el responsable del sector. Los sectores privados comienzan algunas acciones, como el gesto plausible de la SNP de donar medio millón de conservas para los damnificados.
Pero, también apreciamos unas empresas buitre que suben tarifas equivalentes a vuelos internacionales. Donde está INDECOPI que no actúa de oficio para sancionar esto? el ministerio de transportes? señor vicepresidente hágase una. Peor aún, esto habría sido concertado con la otra empresa que controla nuestros cielos.
Esto no debe quedar impune. Es momento de anular las quintas libertades otorgadas, y renegociar en nuevos términos con los vecinos del sur. Si no lo hacen, confirmarán los vínculos comerciales existentes y lobbies que se asocian con las altas esferas del gobierno, o el dominio político que las asimetrías económicas han impuesto. Grandeza y miseria humanas juntas en este desastre.
Políticas de reactivación
El gobierno había anunciado un impulso fiscal de 5,000 millones de soles, antes que se generalizara la emergencia. El viernes 17, tuvo que hacer un nuevo anuncio. Efectivamente, en el primer paquete se calculó unos mil millones de soles para atender la emergencia, ahora se ha incrementado a 2500 millones. En el primero se buscó un impulso de inversiones en construcción, que complementara las anunciadas políticas de “destrabamiento” que todavía no permiten mover las inversiones duramente golpeadas con el escándalo de corrupción de empresas brasileras, y ahora por los desastres que enfrentamos. Se dijo que no aumentaría el déficit por que se esperaba recaudar adicionalmente el monto a gastar. Sin embargo, las cifras de la SUNAT no parecen avalar esa inicial expectativa optimista. La recaudación cayó el año pasado, y ha tenido resultados menores a los previstos.
El segundo paquete de medidas incluye incentivos tributarios para donaciones, financiamiento de viviendas para reubicación de los damnificados (módulos temporales de viviendas y bono familiar habitacional) También transferencias de S/100.000 adicionales al presupuesto de los gobiernos locales que están en estado de emergencia. Se agregan al Fondo de Promoción a la Inversión Pública Regional y Local (Foniprel), la suma de S/1.100 millones.
Se autoriza Crédito Suplementario en el Presupuesto del Sector Público Para el Año Fiscal 2017, hasta por la suma de S/4,400.000 para financiar medidas anunciadas.
Son medidas positivas, pero insuficientes. Se necesitan usar de inmediato parte de las reservas fiscales y olvidarse de la meta de 2.5% de déficit para este año. El Perú tiene también un bajo coeficiente de deuda pública como % del PBI en la región, si fuera necesario aumentarlo. Ni interna, ni externamente se cuestionará que el gobierno deba aumentar temporalmente el déficit, y tener una meta que se puede ir gradualmente ajustando el ciclo económico en los próximos años. Se les pasó la mano en el ajustón fiscal del último trimestre del año pasado, no pueden volver a cometer un error similar por el fetiche de la meta fiscal.
Debe haber una coordinación con los gobiernos regionales y locales, apoyo en la ejecución de los presupuestos. Para ello, las universidades y gremios empresariales regionales podrían ayudar en un comando unificado. Se debe invertir de inmediato, pero con una perspectiva de mediano y largo plazo. Es momento también que CEPLAN tenga rango ministerial. Se necesita una ley de ordenamiento territorial.
Nadie debería utilizar políticamente la desgracia que estamos pasando, hay que atenderla inmediatamente y dar solidaridad a nuestros hermanos damnificados, desde donde podamos y con lo que podamos contribuir. Ni la “oposición”, pero tampoco el gobierno, pasando gato por liebre.
El pueblo peruano es noble, solidario y trabajador. Saldremos de esta, como hemos salido históricamente, de peores situaciones.