Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la Pandemia

La CEPAL, recientemente ha publicado su informe la agenda 2030 para el desarrollo sostenible en el nuevo contexto mundial y regional, en dónde se analizan las principales tendencias económicas, sociales y ambientales que inciden en la implementación de los ODS en América Latina y el Caribe, y los efectos de la COVID-19.

El estancamiento de la productividad

Comparado con otras economías, el patrón de crecimiento de América Latina y el Caribe descansa en un patrón de crecimiento por absorción de empleo ligado a la demanda agregada, sumado a un bajo o nulo progreso técnico e innovación.

A pesar de que entre 2003 y 2008, los precios reales de la energía y los metales se duplicaron, la disponibilidad de recursos no se tradujo ni en un incremento de la productividad real, ni en el mejoramiento de las capacidades productivas de las economías de la región. En 2018, la productividad laboral relativa al resto del mundo era la menor de la que se tenga registro desde 1950.

Por otro lado, en la última década, tanto la productividad relativa como el crecimiento económico se han deteriorado, como consecuencia de crisis financiera mundial que anticipó la caída en el precio de las materias primas. Luego de la crisis se dio un desplazamiento simultáneo desde la agricultura y la manufactura (sectores que en conjunto pierden un 4,4% de participación en el empleo). Los trabajadores buscan su refugio en los empleos de baja productividad, en el comercio y los servicios comunitarios.

Es en la manufactura, donde se producen los aumentos de productividad derivados del procesamiento de las materias primas a través de la aplicación de nuevas tecnologías, innovaciones en productos y procesos y encadenamientos entre distintos sectores de la estructura productiva. Existen marcadas diferencias en la productividad intersectorial, constituyendo un factor clave para la desigualdad en la distribución del ingreso. Algunas de las actividades económicas que más incrementaron su participación en las últimas dos décadas como: la construcción y los servicios financieros y empresariales, la minería e hidrocarburos, tuvieron el peor desempeño en términos de evolución de la productividad.

No disminuyen las brechas sociales: la ineficiencia de la desigualdad

Si bien la región mejoró la distribución del ingreso, la desigualdad ha permanecido en niveles muy elevados, lo cual compromete el logro del ODS 10.  Asimismo, las capacidades de la población se ven restringidas por la insuficiente acumulación educativa, lo cual se agrava con la crisis del COVID-19 (suspensión de clases presenciales impacta negativamente en los estudiantes vulnerables, por su menor acceso a medios digitales).

El marco regional de indicadores para el seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe, es relevante para analizar las perspectivas de reducción de la pobreza extrema. CEPAL, estima, un crecimiento anual del PIB per cápita del 5% hasta 2030 y una disminución del índice de Gini del 1,5% por año, lo que reduciría la pobreza extrema a un 5,7%.(y no se cumpliría la meta planteada en el ODS 1)

Alcanzar la meta resultará todavía más difícil teniendo en cuenta las consecuencias de la pandemia en curso. Por ello, es imperativo, hacer hincapié en políticas redistributivas más activas, y una mejor inserción laboral y productiva de los más pobres.

El dispar avance de los ODS

Indicadores según situación respecto de los umbrales definidos por las metas a 2030: Más del 70% de los indicadores analizados muestran que la región requerirá una intervención o una fuerte intervención de políticas públicas para alcanzar el umbral establecido por la meta.

CEPAL analiza escenarios y presenta los resultados de ejercicios de simulación para 72 series estadísticas de los indicadores de los ODS a nivel regional, y se los ordena de acuerdo con la posibilidad de que se alcancen las metas en 2030 según las tendencias en curso (con o sin intervenciones significativas de política pública).

Las series que presentan un escenario positivo para 2030, son las vinculadas a la reducción de la pobreza extrema, mortalidad materna, partos atendidos por personal sanitario especializado, mortalidad de niños menores de cinco años, acceso a nivel terciario de educación, defecación al aire libre, acceso a la electricidad, acceso a una cuenta en una institución financiera, número de investigadores, cobertura de red móvil (2G), áreas de biodiversidad marina clave protegidas, área de humedales, índice de la lista roja de especies amenazadas, servicio de la deuda, abonados a Internet de banda ancha fija, y usuarios de Internet.

 Y, aquellas que necesitan intervenciones adicionales de política son las que se refieren a población ocupada en situación de pobreza extrema según los estándares regionales, desnutrición, retraso del crecimiento, tuberculosis, malaria, competencia mínima en matemáticas, participación en enseñanza organizada preescolar, alfabetización, escuelas con acceso a Internet, mujeres en los parlamentos nacionales y en cargos directivos, informalidad laboral en el empleo no agrícola, desempleo, lesiones ocupacionales fatales, población en barrios marginales, y biodiversidad marina y terrestre clave protegida.

Los mayores esfuerzos de implementación de acciones de política, se deben dar en las series estancadas o en retroceso respecto de la meta esperada. Por ejemplo, población cubierta por programas de seguridad social, gasto público en educación, niños con sobrepeso moderado o grave, formación docente organizada del profesorado, feminicidio, mujeres, acceso a servicios de agua potable y servicios de saneamiento, energía renovable, intensidad energética, crecimiento anual del PIB por habitante y persona ocupada,  gasto en investigación y desarrollo, valor añadido por la industria de tecnología mediana y alta, participación del empleo en el PIB, consumo material interno por unidad de PIB, emisiones de gases de efecto invernadero,  ingresos totales del gobierno, presupuesto nacional financiado por impuestos internos, y recursos para fortalecer la capacidad estadística de los países en desarrollo.

Pandemia

El reporte señala que la pandemia de la COVID-19 tiene efectos negativos sobre las proyecciones y los escenarios propuestos en algunas áreas del desarrollo. Cepal señala que:

  • La integralidad de la Agenda 2030 está en riesgo. Mientras unas pocas metas ya se han cumplido a nivel regional, otras solo serían alcanzables con mayores intervenciones de política, y otras parecen inalcanzables.
  • Las políticas para implementar la Agenda 2030 son más imprescindibles que nunca, dado que las tendencias de muchos indicadores muestran que las metas de varios ODS no se alcanzarían.
  • Sobre la base de una adecuada retroalimentación, se podrían realizar los ajustes necesarios ante los cambios en los contextos interno y externo.
  • El nuevo escenario mundial en tiempos de la COVID-19 refuerza la necesidad de implementar acciones urgentes que impidan el incremento de los rezagos en el logro de las metas y el retroceso en el caso de aquellas en las que la región va bien encaminada.

Por lo tanto, resulta fundamental, impulsar la recuperación de las economías una vez superada la crisis sanitaria de la actual. La CEPAL propone:

  • un fuerte estímulo fiscal coordinado internacionalmente para apoyar los servicios de salud y proteger los empleos y los ingresos de la población en general;
  • el mantenimiento en operación de las cadenas internacionales de suministro, particularmente las de medicinas y equipos médicos, alimentos y energía;
  • el fortalecimiento de mecanismos para asegurar la liquidez de las empresas, las cadenas de pagos y la estabilidad del sistema financiero;
  • el aplazamiento del servicio de la deuda externa de países muy endeudados para aumentar su espacio fiscal, y
  • •nuevos instrumentos financieros para apoyar directamente a los países que cuentan con poco o nulo espacio fiscal.

La pandemia de la COVID-19 debe conducir a nuevas formas de política y debe ser vista como una oportunidad para recordar los beneficios del multilateralismo y fortalecer las acciones para avanzar hacia el nuevo modelo de desarrollo sostenible e inclusivo amparado por los ODS de la Agenda 2030

Foto: Pacto Mundial

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