A un año del gobierno: ¿nuevo gabinete, viejas políticas?
Alan Fairlie
La gestión del Presidente Vizcarra ha cumplido un año. Pudo superar con el Premier Villanueva la crítica situación que enfrentó el país, cuyo desenlace fue la renuncia de PPK, evitando que se produzca su vacancia para lo cual el Congreso ya tenía los votos.
El mérito mayor fue estabilizar la crisis política y tomar iniciativas anticorrupción, que conectaron con la ciudadanía y le generaron importante apoyo. Formuló propuestas que llevó a referéndum, y fueran aprobadas con abrumadora mayoría. En el camino quedó la bicameralidad (grave error) y la reelección de congresistas.
Pero, esos cambios han perdido impulso en el plano judicial y político.
Le encargó a una comisión elaborar propuestas de reforma en el plano político, que no ha hecho suyas, sino que las está llevando a debate. Pero, algunas contradicen los resultados del referéndum. No se han presentado proyectos de ley en todos estos temas, por su bancada original o las que ahora apoyan al gobierno. Ese debería ser el camino.
En ese contexto de disminución de apoyo medido por las encuestas, cambia al gabinete. Nos parece que la gestión del Premier fue positiva en la estabilización, y el énfasis en poner debate el tema regional, de ordenamiento del territorio, la agenda digital. Ojalá se consoliden estas gestiones y no se reviertan. El gran problema es el modelo económico. El gobierno no solo ha sido continuista respecto a PPK y administraciones anteriores, sino que busca una profundización del mismo, con su propuesta de políticas de productividad y competitividad.
Hemos opinado anteriormente sobre ello (ver aquí : http://alanfairliereinoso.pe/?p=3017). Parte de ese proceso lo constituyen anuncios de viabilizar a como de lugar los proyectos mineros programados, incluso si no tienen licencia social (caso Tía María). Lo peor, es el reflejo autoritario de detener al presidente de una comunidad campesina con sus dos asesores, que llegaron a Lima a negociar por el conflicto Las Bambas. Un conflicto que lleva semanas, y que voces empresariales y afines, postulan solucionarlo por la violencia. Hay actas y compromisos que los comuneros señalan no se han cumplido, y plantean una compensación. La represión en curso, está transformando el apoyo inicial de la población al proyecto, en creciente rechazo. EL diálogo es el camino y no la criminalización de la protesta. No queremos otro Baguazo, o si?
La profundización del modelo, avivará entonces los conflictos sociales. Con la debilidad del Ejecutivo, la dispersión parlamentaria, la crisis institucional y la polarización, se configuran escenarios próximos no deseables. La salida no la darán comisiones de expertos, sino un diálogo con gobernadores regionales en el corto plazo, y el sinceramiento de la crisis con nuevas elecciones parlamentarias y el adelanto de las presidenciales. Gobierno e instituciones legales, pero sin legitimidad suficiente, no deben impulsar reformas de envergadura que agudicen las contradicciones en el país. No es conveniente prolongar la agonía.
Foto: RPP