No perder el rumbo

Alan Fairlie Reinoso

Son dolorosos y decepcionantes comportamientos y decisiones tomadas desde posiciones de poder, en el caso de las vacunas. Lamentablemente, antes lo han hecho poderes fácticos con la captura del estado  para servir fines particulares y no los de la Nación.

Pero, esta es una situación extrema, y no deberíamos perder el rumbo. Sin duda se deben esclarecer responsabilidades y aplicar las medidas y sanciones que correspondan. Sin embargo, las responsabilidades individuales no deberían tirarse abajo instituciones enteras como Cancillería y universidades prestigiadas como Cayetano Heredia  y San Marcos. Menos, paralizar el proceso de pruebas científicas en curso y sobre todo la distribución y aplicación de vacunas a la población, en esta situación crítica.

Es una dura prueba para las instituciones, pero confiamos sabrán responder a la altura de las circunstancias, y que los diferentes organismos e instituciones del Estado, cumplan su función y apliquen sanciones según corresponda.

Esta dramática situación no debería ser aprovechada electoralmente, y agudizar la crisis con fines subalternos. Debemos apoyar a las autoridades, y estas deben convocar a todas las fuerzas de la nación, civiles y militares. No estamos usando todas nuestras capacidades, increíblemente. En el plano de salud, ciencia y tecnología, económico –productivo. Convocar a los mejores cuadros, a los que no han sido alcanzados por el escándalo, independientemente de ideología o posición política.

Esa es la tarea central. El gobierno tampoco se decide a inyectar más recursos a la población vulnerable, a los sectores productivos más afectados. Paralelamente, debe llevar adelante las elecciones y transición de gobierno en los plazos establecidos, y dejar algunos lineamientos de agenda, hojas de ruta en base al diálogo con los diferentes actores.

Lamentablemente, los partidos en competencia, desarrollan una campaña donde abundan los ataques y escasean las propuestas concretas. Golpeando al gobierno, atribuyéndole alianzas o continuismos para desacreditar a otros adversarios, y un poder electoral que increíblemente no termina de definir tachas, contribuyendo a la incertidumbre.

Todos los partidos deberían apoyar la salida de la crisis, pero se necesita liderazgos que convoquen y comandos confiables, más allá de los ministerios. La vuelta del Canciller, es una muestra de la convocatoria que aún tiene el Presidente. Tendría que completarla en los diferentes frentes, ya mismo.

Foto: El Comercio

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