Comercio electrónico y Economía Digital en los procesos de integración regional
Alan Fairlie Reinoso
El COVID-19 y las medidas de contención implementadas por los gobiernos, han generado una serie de desafíos para dar continuidad a los diversos procesos y servicios a favor de la población. Entre las soluciones y medidas digitales para brindar diversos servicios públicos y privados destacan: la educación en línea, telesalud, teletrabajo, comercio electrónico, promoción de los gobiernos digitales, entre otros. De esta manera, se intensificó el uso por parte de la población de redes de telecomunicaciones para resolver temas de aprovisionamiento de bienes, conectividad social, y acceso a la información. [1]
Así, seguir impulsando la transformación digital, es un aspecto clave para adaptarse a la nueva normalidad, ya que el 85% de las empresas latinoamericanas planean invertir en este proceso a fin de mejorar su resiliencia de en esta crisis.[2]
Comercio electrónico impulsado desde la Alianza del Pacífico
Los diversos foros de integración regional en América Latina, han implementado una serie de medias para facilitar la cooperación, el comercio, la continuidad de las cadenas de abastecimiento, entre otros.
La AP cuenta con una Agenda Digital, la cual promueve principalmente el Comercio Electrónico. Se ha orientado a la simplificación y facilitación del comercio, a través de, por ejemplo, la interoperabilidad de las Ventanillas Únicas de Comercio Exterior (VUCE). La hoja de ruta y acciones promovidas desde el bloque frente a la pandemia, se han centrado en soluciones a partir del comercio electrónico como principal instrumento.
El Grupo de Alto Nivel de la Alianza del Pacífico (AP) ha venido reuniéndose para discutir posibles medidas económicas y comerciales coordinadas, buscando mejorar la transparencia de la información comercial, y promoviendo principalmente el comercio electrónico, mediante una mayor digitalización de procesos y utilización de certificados de origen y fitosanitarios electrónicos a través de la Ventanilla Única de la AP.[3] También, se han llevado diversas iniciativas, entre ellas, a favor de las pymes, y la propuesta de Hoja de Ruta para la Creación del Talento Digital.[4]
Asimismo, la AP resalta que Protocolo Adicional y el Protocolo Modificatorio cuenta con instrumentos relevantes para el comercio transfronterizo de servicios y comercio electrónico, especialmente útiles para hacer frente este contexto. Entre ellos, la exención del pago de derechos aduaneros, tasas o cargos para productos digitales que son trasmitidos electrónicamente, protección al consumidor en línea, visualización de ingenieros de los países de la AP que facilita su enlace con las empresas y futuros encadenamientos productivos y mayor intercambio comercial. Además, permite el reconocimiento mutuo y futura interoperabilidad de Firma Digital/Electrónica Avanzada.[5]
Entre las últimas medidas dispuestas por la AP, se encuentra la entrada en vigencia de dos protocolos modificatorios que buscan incentivar el mercado regional digital. Se propone reducir barreras no arancelarias, y simplificar el cumplimiento de funciones de la Comisión de Libre Comercio del Protocolo Comercial. Asimismo, se busca la recuperación del comercio de pequeñas y medianas empresas en la etapa post Covid-19, y la modernización de los capítulos de comercio electrónico y telecomunicaciones para incrementar los flujos comerciales entre los socios.
En este sentido, hay margen para mejorar el marco regulatorio de este espacio de integración, los contenidos digitales y apoyar en incrementar el uso de tecnologías y adaptarse al entorno digital por parte de las empresas. Sería factible promover un Capítulo de Economía Digital en el Protocolo Adicional de la AP, en lugar del actual sobre Comercio electrónico. Esta propuesta permitiría incluir otras áreas relacionadas a la transformación digital que deben emprender nuestros países, y consideradas en las diferentes iniciativas y agenda de cooperación.
Este enfoque más integral permitiría, además, aprovechar el potencial a nivel económico entre los países de la AP y su proyección hacia el exterior. En esta línea, el capítulo de Economía Digital, debe abordar los siguientes problemas: cierre de la brecha digital, infraestructura de conectividad de clase mundial, y la incorporación intensiva de las TICs en los procesos productivos para mejorar la productividad de la región (como es señalado en las recomendaciones hechas por la CEPAL).[6]
Elementos como la no discriminación de productos digitales, identidades digitales, ciberseguridad, innovación de datos, inclusión digital, entre otros; son esenciales para poder avanzar no solo en la creación de un mercado regional digital, el cual es uno de los objetivos de la Visión Estratégica de la Alianza del Pacífico al año 2030. También, para la protección de inversiones, poder aprovechar las oportunidades y enfrentar los desafíos de la economía basada en el conocimiento y la innovación, y la cuarta revolución industrial.
Debido al limitado acceso a herramientas digitales que ha incrementado las brechas de desigualdad y la exclusión social, económica y financiero; resulta crucial trabajar en la inclusión digital. De acuerdo con el BID, avanzar en materia digital implica también diseñar políticas en otras áreas de manera de asegurar su sostenibilidad, como por ejemplo la inversión en capital humano, infraestructura, etc[7].
En ese sentido, recomienda avanzar hacia una agenda de conocimiento que exprese una mejor comprensión de la economía digital y su impacto en la región; implicar a los gobiernos y al sector privado en el desarrollo de proyectos para aprovechar las potencialidades de la economía digital en los sectores de servicios, manufactura y recursos naturales; apuntalar las inversiones en infraestructura digital que mejoren las dimensiones de accesibilidad, cobertura y velocidad de banda ancha. Y, enfocarse en las inversiones en capital humano para la economía digital en todos los niveles.[8]
Agendas digitales y la convergencia de los procesos de integración
En la actual crisis, desde diversos foros[9], se plantea la integración regional como instrumento para promover la recuperación post pandemia. Asimismo, desde antes del COVID-19, el BID, el Banco Mundial y la CEPAL sugerían la convergencia de los espacios de integración sudamericanos y latinoamericanos, a pesar de la diversidad existente entre ellos.
Según la CEPAL (2018)[10], el camino hacia la convergencia es la integración productiva, mediante políticas que promuevan la innovación, transferencia tecnológica, apoyo a las pymes y la creación de clusters.
Por su parte, el BID (2018)[11] insta a seguir una estrategia donde la inserción internacional de los países de la región mediante un mercado regional integrado, con canastas exportadoras más diversificada y con bienes y servicios con mayor valor agregado.
Desde la perspectiva del Banco Mundial (2017)[12], la estrategia es el desarrollo de cadenas de valor regionales, mediante la articulación y complementariedad de las economías, sectores, y procesos productivos, la inserción de las Pymes propiciando su internacionalización y el impulso de clúster exportadores.
Cabe resaltar que tanto la CAN, el MERCOSUR y la Alianza del Pacífico poseen agendas digitales, las cuales coinciden en muchos puntos. Y, existen algunos avances en temas de comercio electrónico, telecomunicaciones, eliminación de roaming, entre otros; los cuales permitirían un acercamiento entre los procesos. Asimismo, para promover la convergencia es clave la coherencia regulatoria y normativa (particularmente en las reglamentaciones a las cadenas de suministro y las industrias). Se están dando avances concretos en esa dirección, y considerando que los tres bloques tienen agendas digitales, se podría avanzar conjuntamente como parte de una estrategia regional de recuperación post- pandemia.
[1] CAF (2020) El estado de la digitalización de América Latina frente a la pandemia del COVID-19
[2] Ver: https://elcomercio.pe/economia/negocios/el-85-de-empresas-de-la-region-invertira-en-transformacion-digital-tras-la-covid-19-bcg-nndc-noticia/
[3] Alan Fairlie (2020) Nueve años de la Alianza del Pacífico
[4] Alianza del Pacífico (2020) Hoja de Ruta para hacer frente al COVID-19
[5] Alianza del Pacífico (2020) Comercio de Servicios, Inversiones y Economía Digital ante el Covid-19
[6] CEPAL (2020) LAS OPORTUNIDADES DE LA DIGITALIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA FRENTE AL COVID-19
[7] https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/El-imperativo-de-la-transformaci%C3%B3n-digital-Una-agenda-del-BID-para-la-ciencia-y-la-innovaci%C3%B3n-empresarial-en-la-nueva-revoluci%C3%B3n-industrial.pdf
[8] https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/El-imperativo-de-la-transformaci%C3%B3n-digital-Una-agenda-del-BID-para-la-ciencia-y-la-innovaci%C3%B3n-empresarial-en-la-nueva-revoluci%C3%B3n-industrial.pdf
[9] Entre ellos, el BID (2020) Salir del túnel pandémico con crecimiento y equidad: Una estrategia para un nuevo compacto social en América Latina y el Caribe
[10] CEPAL (2018). La convergencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur. Véase: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/43614/1/S1800528_es.pdf
[11] BID (2018). Estrategias y mecanismos para la convergencia de los acuerdos comerciales en América Latina. Véase: https://publications.iadb.org/es/publicacion/14141/estrategias-y-mecanismos-para-la-convergencia-de-los-acuerdos-comerciales-en
[12] Banco Mundial (2017). Mejores vecinos: Hacia una renovación de la integración económica en América Latina. Véase: https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/25736/210977ovSP.pdf