El Espejo chileno

Alan Fairlie Reinoso

Se escriben múltiples artículos sobre la dramática situación por la que pasa Chile, haciendo referencia además al fin de un modelo económico. Pero, se están dejando de lado los logros y avances significativos de su economía en las últimas décadas.

Logros

Desde 1990, Chile ha tenido avances importantes no solo en su ingreso per cápita, sino en el  Índice de Desarrollo Humano (IDH). Producto del crecimiento, la pobreza afecta solo  a un 11% de la población.

En materia de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI); Chile es el país de la región andina que invierte más (0.36% de su PBI[1]) ubicándose en el puesto quince a nivel de Iberoamérica. Y, el que mayor investigación de desarrollo experimental ha realizado, con el 33% del total.

En relación al número de investigadores entre el 2011 y 2016, se ha incrementado en un 51%, pasando de 9 mil  a más de 14 mil investigadores. En este y otros indicadores tienen un promedio superior al de la región andina.

Por otro lado, es uno de los países andinos que posee un mayor registro de patentes, es así que entre 2004 y 2014 el número de patentes solicitadas por residentes y no residentes se incrementó de 2,867 a 3,105; y en el 2016 el 13% del total de patentes solicitadas fueron entregadas a residentes nacionales[2].

Algunos problemas

El principal parece ser el distributivo. El crecimiento fue desigual y amplió  las brechas sociales en ingresos y calidad de vida. Si bien aumentaron los ingresos promedio se configuraron mercados segmentados en los servicios sociales, especialmente educación y salud. El acceso cuando se daba, era a costa de un endeudamiento no sostenible para las familias.

Décadas de la implementación de un modelo, mostraba cifras macroeconómicas de avances importantes, y de desarrollo, que le permiten el ingreso a la OECD. Pero, se acumulaban tensiones y broncas por una desigualdad invisibilizada que ahora explota.

El sueldo mínimo en Chile es de US$ 423 y según el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, la mitad de los trabajadores chilenos ganan US$562 al mes o menos[3]. Esto, si se compara con otros países de América Latina, podría no parecer poco, sin embargo, según datos del Banco Mundial el costo de vida de Chile es el más alto de la región[4].

Según un reciente estudio de la Universidad Diego Portales, de un total de 56 países alrededor del mundo, Chile es el noveno país más caro en transporte público. El primer lugar lo ocupa Nigeria, con un ingreso medio cuatro veces inferior[5]. Asimismo, según un estudio estadounidense IMS Health publicado en 2018, Chile tiene los medicamentos originales, o “de marca”, más caros de Latinoamérica, superando en un 38% la media de la región, siendo el precio promedio de estos medicamentos de US$ 28,5[6].

También se resalta que un pensionado en Chile recibe un promedio de US$286 al mes, muy por debajo del salario mínimo[7]. Según una investigación sobre las AFP en Chile, se revela que la precariedad de las pensiones ha llegado a tal punto que aunque seas un trabajador que haya cotizado constantemente y en forma estable, la pensión que se recibe es muy pequeña[8].

De acuerdo con el último informe Panorama Social de América Latina elaborado por la CEPAL, el 1% más adinerado del país se quedó con el 26,5% de la riqueza en 2017, mientras que el 50% de los hogares de menores ingresos accedió solo al 2,1% de la riqueza neta del país[9]. Como puede observarse en el Gráfico 1, el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad de ingresos que existe entre los ciudadanos de un país, el nivel de desigualdad no ha disminuido significativamente en los últimos treinta años[10]. Es importante destacar que, en el 2017, Chile fue el país más desigual de la OECD[11].

El alto costo de vida y la brecha tan grande de desigualdad han conllevado a que los chilenos no sientan que tienen libertad para elegir el rumbo de sus vidas. De acuerdo con la Encuesta Gallup, Chile ocupa el puesto 98° de 145 países en términos de la percepción del público de la libertad personal para elegir un curso de vida[12].

A pesar del crecimiento económico de Chile en los últimos años y de tener recursos suficientes para poder otorgar mayor bienestar al pueblo chileno, la educación y la salud pública no han sido la prioridad. De acuerdo con estadísticas oficiales, el gasto del gobierno en educación primaria y secundaria, durante el periodo 2005-2016 no ha aumentado, y solo representa alrededor del 1,5 y 2% del PBI, respectivamente. El gasto en la educación terciaria si bien ha aumentado en los últimos, solamente representa, al 2017, el 2,5% del PBI (véase Gráfico 2)

Por otro lado, el gasto del gobierno en salud ha crecido solo 1,4% en los últimos 19 años (véase Gráfico 3).

También es importante mencionar que existe una gran cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan. Según estadísticas oficiales, en el 2017, del total de jóvenes entre 20 y 24 años, el 22% no estudia ni trabaja (véase Gráfico 4).

Es la juventud la que ha liderado las protestas, que se han generalizado a toda la sociedad. La movilización más grande en los últimos 30 años, el repudio a la represión y la vuelta de los militares a las calles.

El gobierno ha dado paliativos en aumentos salariales, de pensiones, congelamiento de tarifas, mayor acceso a algunos servicios. Ha renunciado a sus ministros buscando asuman el costo político, pero las protestas continúan. Chile acaba de renunciar a ser anfitrión de dos importantísimos eventos internacionales: APEC y COP 25.

Líderes empresariales toman conciencia de la gravedad del asunto y llaman a realizar aportes inmediatos. La presión tributaria en Chile es un 20% del PBI, (que es el promedio de la región), y la mitad de la recaudación es indirecta. Se requiere urgente un nuevo pacto fiscal, y los principales líderes empresariales parecen estar dispuestos a asumirlo.

El Espejo

Chile, nos muestra que el crecimiento no basta, aunque haya reducido la pobreza, mejorado su inserción internacional y hechos los mayores esfuerzos en innovación, ciencia y tecnología para enfrentar la cuarta revolución industrial.

Las desigualdades de ingresos, riqueza, acceso a servicios, condiciones de vida, vulnerabilidad de los más viejos y más jóvenes, han llevado a una situación explosiva. Aún en el que fuera el modelo paradigma, se están mostrando los límites. No sabemos si Piñera podrá implementar los cambios, o tendrá que renunciar y dar paso a una renovación de la clase política y las reglas de juego. Se habla de Asamblea Constituyente, y desde el oficialismo aceptan esa posibilidad. Ojalá puedan revertir pronto la situación y el país vecino retome un camino de desarrollo sostenible.

En el Perú, no aprendemos de la experiencia internacional y se renuevan licencias mineras a empresas que no tienen licencia social, se provoca y agudizan las contradicciones con regiones y los movimientos laboral y social. Se persiste en la implementación, sin Congreso, de las llamadas políticas de “competitividad y productividad”, echando más leña al fuego. Los empresarios y poderes fácticos festejan, por el momento. Después, no vayan a llorar por la lecha derramada.

Foto portada: Edgard Garrido / Reuters


[1] Fuente: Instituto de estadísticas de la Unesco

[2]  Estadísticas de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología 

[3] Instituto Nacional de Estadísticas de Chile. Encuesta de Ingresos 2018.

[4] Banco Mundial. Disponible en:  https://www.worlddata.info/cost-of-living.php

[5] Véase: https://www.emol.com/noticias/Nacional/2019/10/18/964843/Chile-9no-mas-caro-transporte.html

[6] Véase: https://clustersalud.americaeconomia.com/farmaceuticas/estudio-chile-tiene-los-precios-de-medicamentos-originales-mas-altos-de-america-latina

[7] Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50208871

[8] Matus (2017). Mitos y verdades de las AFP. Véase: https://www.eldesconcierto.cl/2017/10/13/alejandra-matus-autora-de-mitos-y-verdades-de-las-afp-el-proyecto-inicial-era-con-las-fuerzas-armadas/

[9] CEPAL (2019). Panorama Social de América Latina. Tomado de: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/44395/11/S1900051_es.pdf

[10] Este coeficiente solo está disponible oficialmente hasta el 2017.

[11] OECD (2019). OECD Data.

[12] Tomado de: https://www.project-syndicate.org/commentary/explaining-social-protest-in-paris-hong-kong-santiago-by-jeffrey-d-sachs-2019-10/spanish

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