Tacna no se vende
Ese es el nombre del colectivo que se formó en Tacna, para enfrentar el proyecto de resolución suprema del Ministerio de la Producción, por el cual se pretendía dar propiedad a los chilenos dentro de los 50 km de frontera, violando la Constitución de la República. Finalmente, el gobierno desistió y retiró el proyecto.
La versión oficial
“Ministerio de la Producción deja sin efecto proyecto de Decreto Supremo que autoriza compra de terrenos en Tacna por parte de inversionistas extranjeros”,
“Se ha estimado conveniente dejar sin efecto el trámite de aprobación del citado proyecto de decreto supremo”, en relación con la consulta a la sociedad civil efectuada por este sector.
Menciona también que se recibieron múltiples opiniones, que evidencian una variedad de intereses y posiciones sobre esta temática. Por ello, se hace necesario profundizar el análisis tomando en cuenta sus implicancias nacionales e internacionales.
“Dada su naturaleza, este asunto se discutirá en el marco de la política nacional de desarrollo fronterizo”.
Efectivamente, se debió analizar las implicancias antes de sacar la propuesta. Y, no puede estar desligado de las políticas de frontera y de integración fronteriza. Hemos sido testigos de la abnegada labor que con pocos recursos realizan en este rubro funcionarios de Cancillería, Fuerzas Armadas y de seguridad, y otras dependencias del Estado.
Pero, políticamente, hay un abandono secular de las fronteras, que además hemos perdido con el tiempo o cuyas poblaciones deben atender sus servicios básicos en el país vecino. Es indispensable impulsar de inmediato una política de desarrollo fronterizo, que implica un planeamiento regional y ordenamiento territorial.
La verdad de la milanesa
Pero, no es por la buena voluntad del gobierno, o del ministro que tuvo que poner la cara. Tuvo que retroceder, por el momento, por la movilización de Tacna la Heroica, que una vez más dio un ejemplo de dignidad nacional. Calcularon mal, subestimaron esa reacción, y la que se produjo en el resto del país liderada por colectivos patrióticos.
Se derrotó la millonaria propaganda que hace varios meses se dio como “ablandamiento”, para lograr una aceptación por lo menos pasiva. Se dijo traería empleos, pagarían impuestos, favorecería a la región. O sea, vender Tacna por un plato de lentejas.
Es cierto que se necesitan inversiones y empleos, pero en vez de promover créditos baratos a los comerciantes y pequeños y medianos empresarios, y la inversión nacional (como en la reconstrucción), se pretendió usar esa necesidad para dar propiedad a los extranjeros. En Perú tiene una deuda histórica con Tacna, no solo por el cautiverio de 50 años, sino porque en el Acuerdo de La Haya, salió perjudicada, prácticamente con una costa seca. Se le prometió un paquete de inversiones de infraestructura, servicios de manera integral, en la denominada Acta de Locumba. Apoyo para agricultores, pescadores artesanales, distrito La Yarada-Los Palos, pymes, Zofra-Tacna, son una necesidad perentoria.
EL problema del desarrollo de Tacna y la macro-región sur es una responsabilidad del estado peruano, no de los vecinos. Se requiere una estrategia integral, donde la integración fronteriza (pero no asimétrica) debe ser un pilar.
La relación bilateral
Se ha dado el primer gabinete binacional con Chile, lo que es positivo. Pero el gobierno debería difundir a la población los 100 acuerdos a los que se ha llegado, según declaraciones de la presidenta Bachelet. No vaya a ser que tengamos nuevas sorpresas, como el decreto retirado temporalmente.
S e deben tener buenas relaciones con todos los vecinos, pero deben ser simétricas. Hacia ello debemos caminar con Chile. Se debe cambiar el patrón de comercio en el que nosotros enviamos materias primas, mientras importamos productos de mayor valor agregado. Algo similar ocurre con las inversiones, ellos están en todos los sectores productivos (incluídos los estratégicos), mientras nosotros en unos cuantos. Un TLC que los beneficia y consolida las asimetrías.
Una influencia que también se da en el plano político y cultural, contexto en el que la entrega de la propiedad en la frontera, era la última etapa a lograr. Nada que objetar a los socios empresariales de los vecinos, siempre que no sean testaferros. Pero, si llegan al gobierno, no pueden seguir operando en función de esos intereses privados, la soberanía del país está por encima.
Lecciones
Algunas lecciones que nos deja el colectivo “Tacna no se vende”, es la rápida reacción, la convocatoria y acción unitaria, la organización y respuesta movilizadora en muy corto plazo. Muestra que a pesar de las campañas de desinformación, de que casi no se enseña Historia del Perú en la escuela, hay una fibra nacional histórica, cultural que allí está y que hay que cultivar para no repetir los errores de la Historia.
Tacna una vez más nos marca el camino. Los movimientos sociales en lucha, con los que nos solidarizamos, podrían mirarse en ese espejo, y posiblemente habría aún mejores resultados.
FOTO: MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE TACNA