Sobre las protestas estudiantiles en la PUCP
En primer lugar, expreso mi solidaridad a los estudiantes en su justa demanda, y rechazo el uso de la fuerza empleada. El diálogo es el camino y no la represión. Si bien la universidad ha reconocido la falta y está devolviendo los cobros en exceso, se requiere una sanción a los responsables. Los estudiantes cuestionan además la política económica de la universidad, lo cual es su derecho. Y debe continuarse ese debate.
Pero, también hay que rechazar el oportunismo y aprovechamiento de la situación de adversarios o enemigos de la universidad (parlamentarios incluidos), que pretenden meter en el mismo saco a la primera universidad del Perú según todos los rankings internacionales, con aquellas instituciones que tiene fines de lucro, no necesariamente tienen la calidad y las condiciones que las acrediten como universidades. Con todas sus limitaciones, la PUCP ha logrado un prestigio reconocido internacionalmente.
Algunos quieren pescar a río revuelto, y golpear una institución caracterizada por su pluralismo y formación integral y crítica.
Los estudiantes tienen la posibilidad de renovar liderazgos en las próximas elecciones en los gremios estudiantiles, asamblea universitaria y facultades, donde tienen un tercio efectivo (que no existe en otras universidades privadas). ”Estudiar y luchar, deber estudiantil”, dice una de sus consignas. Estupendo. No solo por mejorar la universidad, la educación peruana, sino tomando posición en estos complicados momentos del país y planteando una nueva visión del mismo.
Hay elecciones rectorales el próximo año. Los estudiantes con su tercio pueden decidir quien es el rector próximo, si las fuerzas están parejas entre los candidatos. Los profesores de la Asamblea, deberían escuchar a sus bases y no tener un voto personalísimo, sino que refleje el clamor mayoritario de la comunidad universitaria. Debe debatirse como seguir engrandeciendo la universidad, buscando su internacionalización, interdisciplinariedad, creación de conocimiento y su rol en el contexto de la cuarta revolución industrial y el Perú del Bicentenario.
Que este penoso incidente sirva para fortalecer la universidad, y los docentes y autoridades deben escuchar estas voces, y tomarlas en cuenta en las alternativas que se presenten en las siguientes elecciones.
Esta es la juventud del Bicentenario, y está destinada a grandes cosas.
Como dijo Gonzales Prada:
“Los jóvenes a la obra, los viejos a la tumba”!