SALARIOS EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Alan Fairlie Reinoso

La Organización Internacional del Trabajo – OIT, ha publicado recientemente el “Informe mundial sobre Salarios 2020-2021. Los salarios y el salario mínimo en los tiempos de la Covid-19”[1].

La OIT señala que los trabajadores más afectados con la pandemia son los que perciben salarios más bajos, y a quienes se les ha reducido las horas de trabajo por ser puestos de baja calificación. Los trabajadores de puestos directivos y profesionales han mantenido sus altas remuneraciones, lo que ha aumentado las desigualdades salariales a nivel mundial.

Por otra parte, para mitigar dicha desigualdad salarial, los países han aplicado subsidios salariales temporarios, implementándolos o ampliándolos, con el fin salvaguardar los puestos de trabajo durante la crisis. Esto ha sucedido principalmente en los países europeos, donde como lo indica la OIT, los subsidios lograron compensar la pérdida del 40% de la masa salarial, que incluye el 51% de la pérdida de la masa salarial de quienes le redujeron sus horas de trabajo.

Asimismo, a pesar de encontrarnos en los meses más duros de la pandemia del Covid-19, muchos países continuaron aplicando el ajuste periódico del salario durante el primer semestre del 2020, y 6 de 9 países lo hicieron durante el segundo semestre. Esto ha permitido a los trabajadores afrontar la crisis.

Salario mínimo

Sobre el salario mínimo, la OIT señala que el 90% de sus 187 Estados Miembros tiene un salario mínimo establecido por ley o negociado, de los cuales el 50% tiene un salario mínimo único nacional establecido por ley, y el resto tiene sistemas complejos de salarios diferenciados. Asimismo, que el 19% de asalariados en el mundo (327 millones) tienen una remuneración equivalente o inferior al salario mínimo por hora vigente, de los cuales el 47% es mujer.

La OIT también nos indica, que para medir el grado en que el salario mínimo reduce la desigualdad salarial y de ingresos, se basan en tres factores: la efectividad del salario mínimo, (es decir no basta solo con el reconocimiento legal); el nivel al que se fija; y, el perfil de quienes lo perciben, que depende de la estructura de la PEA de un país, si los trabajadores con salarios bajos son asalariados o autónomos y si viven en familias de bajos ingresos.

Por otra parte, la OIT señala que los trabajadores agrícolas y quienes realizan trabajo doméstico, son los más excluidos de la protección legal del salario mínimo. En el 2020, un 18% de países con salario mínimo por ley excluye a los trabajadores agrícolas o trabajadores domésticos, siendo uno de los indicadores la alta informalidad laboral en dicho sector.

La OIT también recalca que, conforme al Convenio sobre la fijación de salarios mínimos, determinar el salario mínimo en un país debe ser previo diálogo social, tomando en cuenta las demandas de los trabajadores y de sus familias; así como, los factores de la economía. El ajuste suficiente y frecuente de los salarios es necesario para un nivel de vida adecuado.

 Finalmente, la OIT señala que ante la crisis del Covid-19 es necesario implementar políticas salariales adecuadas y equilibradas, como forma de atenuar el impacto en los trabajadores y apoyar la recuperación económica. Para ello es necesario el diálogo social, debido a que se afrontarán presiones para bajar los salarios, por lo que es necesario que los ajustes sean equilibrados salvaguardando la continuidad de las empresas y los ingresos de los trabajadores.

Parlamento Andino

Es necesario retomar el debate sobre el salario mínimo y política salarial en el Perú, uno de los sectores que ha sido más afectado por la pandemia. Con el fin de aportar a este debate, propuse y fueron aprobados dos instrumentos normativos en el Parlamento Andino: la Recomendación Nro. 358 “Exhortar a los Países Andinos la Ratificación del Convenio sobre la Fijación de Salarios Mínimos de la Organización Internacional del Trabajo”; y, la Recomendación Nro. 398 “Promover y Fortalecer el Diálogo Social en los Países Andinos Frente a los Cambios en el Mundo del Trabajo”. Como lo señala la OIT, debemos prepararnos para una nueva y mejor “normalidad”, donde existan salarios mínimos adecuados que nos permitan lograr más justicia social y menos desigualdad.


[1] Véase en: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@dgreports/@dcomm/@publ/documents/publication/wcms_762534.pdf

Foto: El Comercio

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