Panorama Social de América Latina 2020

Alan Fairlie

La CEPAL acaba de publicar el informe “Panorama Social de América Latina 2020”, en el que se analizan los impactos que han habido en la calidad de vida de la población de la región como consecuencia de la pandemia, agravando aún más la situación que ya venía siendo precaria en casi todos los países. A pesar de los esfuerzos realizados en muchos países para aplacar la crisis generada por el Covid-19, las cifras de pobreza y desigualdad se han deteriorado.

Según las cifras oficiales, en el periodo que comprende los años 2014 al 2019, la región latinoamericana incrementó en 25 millones la población en situación de pobreza, de los cuales, 24 millones corresponden a los que cayeron en condición de pobreza extrema, lo que ha llevado a que, en el 2019, el 30% de la población esté en condición de pobreza y el 11% en pobreza extrema, tal como se observa en el gráfico.

Grafico N°1: América Latina (18 países) personas en situación de pobreza y pobreza extrema, 1990-2020

(En porcentajes y millones de personas)

Fuente: CEPAL

Sin embargo, con las restricciones sanitarias y la paralización de la mayoría de actividades económicas, que han significado que en el 2020 se tenga una caída del 7% del PBI y niveles de desempleo del 10.7% (2.6 puntos porcentuales más respecto al 2019), estas cifras se han agravado durante el 2020, proyectándose una tasa de pobreza extrema en alrededor del 12.5% y una de pobreza total que puede alcanzar el 33.7% de la población. Esto que existan 209 millones de pobres (22 millones de personas más que el año anterior), y 78 millones de personas en pobreza extrema (8 millones más que en 2019).

 De acuerdo con la Cepal, estas cifras significan un retroceso para la región de hasta unos 20 años, a lo que se suma el agravamiento de los índices de desigualdad en la región, los que ya venían estancándose en los últimos años. Una muestra de ello es que, entre el 2017 y el 2019, el índice de Gini para la región apenas bajó, pasando de 0.462 a 0.460, lo cual estaría explicado principalmente por países como Brasil, Colombia y Panamá, que muestran altos índices de desigualdad y con tendencia creciente en los recientes años. Se estima que para el 2020 la desigualdad aumente y que el índice de Gini promedio sea un 2.9% más alto que el registrado en 2019.

Uno de los factores estructurales que resalta el informe es el alto grado de hacinamiento existente, especialmente en las zonas urbanas, a lo que se suma una serie de carencias vinculadas al poco o nulo acceso a servicios básicos, lo que ha traído que gran parte de esta población esté en condiciones de vulnerabilidad. Según los datos del informe, somos la región más urbanizada del mundo, en más de la mitad de los hogares pobres urbanos viven 2 o más en cada habitación, y en más de una tercera parte de los hogares urbanos viven 3 o más personas en cada habitación. Este hacinamiento y falta de servicios básicos hace imposible que las personas tomen un distanciamiento y puedan mantener las medidas de higiene necesarias para evitar los contagios, lo que los hace bastante vulnerables al Covid-19. Además, se prevé que la región no logre un acceso a las vacunas de manera rápida y equitativa debido al acaparamiento que hay por parte de los países desarrollados, lo cual no permitirá que se logre la inmunidad de rebaño en este 2021.

Finalmente, CEPAL señala que América Latina es una de las regiones más golpeadas por la pandemia y con ella se han desnudado todas las deficiencias estructurales existentes, así como la fragilidad de los avances que podría haber en ciertos aspectos sociales y económicos. En ese sentido, se proponen algunas medidas que se encaminen hacia un nuevo pacto social centrado en el bienestar y los derechos de las personas, y que esté basado en el diálogo amplio y participativo, tales como: mantener las transferencias monetarias, fomentar el empleo productivo, avanzar en sistemas integrales de protección social, y avanzar hacia la Agenda 2030 de desarrollo sostenible; además de impulsar pactos fiscales que promuevan una fiscalidad progresiva y sostenible para el bienestar .

Por ello, la CEPAL insta a garantizar la protección social universal como pilar central del Estado de bienestar. Precisa que, en el corto plazo, es necesario implementar o continuar las transferencias de emergencia propuestas por la Comisión: ingreso básico de emergencia (IBE), bono contra el hambre e IBE para mujeres; mientras que en el mediano y largo plazo, se debe avanzar hacia un ingreso básico universal, priorizando a familias con niños, niñas y adolescentes y apostar por sistemas universales, integrales y sostenibles de protección social, incrementando su cobertura, como componente central de un nuevo Estado de bienestar. También llama a avanzar hacia nuevos pactos sociales y fiscales para la igualdad en tiempos de pandemia, y a garantizar la salud, la educación y la inclusión digital, para que nadie se quede atrás.

Aspectos en los cuales concordamos y deben de ser ejes fundamentales en la gestión del gobierno, así como el que está por venir

Foto: ANDINA

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