Impacto macroeconómico de la pandemia en la región y escenario doméstico
Alan Fairlie Reinoso
Según el último informe de abril del Fondo Monetario Internacional, América Latina y el Caribe caería en 5,2% este año[1]. Este cálculo coincide con el escenario más extremo de las proyecciones realizadas por el Banco Interamericano de Desarrollo, una caída de 5% para la región[2], y con las proyecciones del Banco Mundial en el reciente informe semestral para América Latina y el Caribe, donde se estima una caída de 4,6% para este año[3] (véase Gráfico 1).
Gráfico 1
América Latina y el Caribe: Producto Bruto Interno
(variación porcentual)
Fuente: Banco Mundial.
En el Cuadro 1 se observan los pronósticos para las principales economías de América Latina. Como podemos observar, el mayor desplome este año lo sentirán México y Ecuador (ambos caerían 6%), seguidos de Argentina (-5,2%), Brasil (-5%) y Perú (-4,7%). Para los años 2021 y 2022, el Banco Mundial proyecta tasas de crecimiento positivas en todas las principales economías.
Cuadro 1
Principales economías latinoamericanas
Fuente: Banco Mundial.
Estimaciones y escenario doméstico
El Gobierno peruano inicialmente señaló que el crecimiento económico para este año sería aproximadamente de 2%. Sin embargo, ex ministros de economía, instituciones del sector privado y académicos han proyectado que el 2020 será recesivo. Algunos entre el rango de 1.1%, 4.5%, y otros entre 5 y 10%. Economistas como Óscar Dancourt tienen este cálculo, y Bruno Seminario, estima que será de dos dígitos.
Respecto al déficit fiscal para este año, los más optimistas estiman será superior al 3,2%, y otros que puede estar cercano o incluso superar los dos dígitos. Según el BCRP, la inflación para este año será 1%, y el tipo de cambio cerrará al alza.
Podemos entonces tener cifras similares a las de 1983, con caída de dos dígitos del producto, por la combinación ese año, de shocks externos y un gran Fenómeno del Niño. Las pérdidas de empleo actuales, ya están batiendo records negativos de las cifras registradas en las últimas décadas.
Mientras la economía está paralizada por la necesaria distancia social que impone la cuarentena, las políticas fiscales y monetarias no funcionan. Nos sirven para atender la emergencia, con mejores o peores resultados, dependiendo de la gestión de la crisis. Luego, habrá una difícil reconstrucción, considerando el entorno internacional adverso que tendremos que enfrentar.
Se requieren políticas sectoriales, en agricultura e industria y una necesaria articulación con ciencia y tecnología. Tanto para enfrentar la emergencia sanitaria, como para mover el aparato productivo. Hay que introducir correctivos para que los ingresos y ayudas lleguen a todos, pero también tener una visión integral para impulsar la producción y sus agentes relevantes. El énfasis y prioridades no pueden estar en la focalización, ni políticas “sociales” con un criterio asistencialista. Hay que darle ingresos y opciones a la mayoría de gente que no está en el sector formal, a los independientes. Y, debe haber un criterio equitativo en el costo de la crisis. Esto supone que el gobierno rectifique. Aunque quizá sea “pedir peras al olmo”, hay que hacerlo. Caso contrario, entraremos en una situación que sale de control. Ya se ven las primeras manifestaciones, y el gobierno debe reaccionar antes que sea demasiado tarde.
[1] World Economic Outlook, April 2020 — Chapter 1: The Great Lockdown. https://www.imf.org/en/Publications/WEO/Issues/2020/04/14/weo-april-2020
[2] BID. Abril 2020. Informe macroeconómico de América Latina y el Caribe. https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Informe_macroecon%C3%B3mico_de_Am%C3%A9rica_Latina_y_el_Caribe_2020_Pol%C3%ADticas_para_combatir_la_pandemia.pdf
[3] World Bank, April 2020. The economy in the time of Covid-19. Semiannual report of the Latin America and Caribbean region. https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/33555/9781464815706.pdf?sequence=5
Foto tomada de: El global
