Gabinete: la montaña parió un ratón
Alan Fairlie Reinoso
Luego de largos días de intentos infructuosos, rechazos de los partidos y personalidades democráticas, se conformó el gabinete de la denominada “reconciliación nacional”. Nada que ver con el título, no se buscó un gabinete de unidad nacional. Se vieron obligados a mantener a la Premier, para evitar nuevos sustos en el Congreso. Esto dejó de lado a algunos candidatos que hubieran aceptado el puesto. Y, aparte de algunos enroques, se promovieron algunos viceministros o funcionarios en ejercicio, y militantes del Apra, expulsados ipso facto.
Luego de dos semanas de crear expectativas, rumores y “bolas”, la montaña parió un ratón. Los mismos en sectores claves, y aparte de los experimentados militantes expulsados, no solo no hay ministros “políticos”, sino que no tienen ningún antecedente en el sector (Cancillería),y hay un par cuestionados por juicios o condenas controversiales.
Es decir, dejaron con los crespos hechos a quienes tenían la esperanza de un Primer Ministro con peso propio y ascendencia, que fuera un contrapeso al desprestigiado y deslegitimado PPK. Y, que ese nuevo virtual presidente, convocara a las personalidades que correspondían, tratando de salvar el gobierno.
Al mantener a la Premier, ese escenario quedó descartado. Ahora no solo ella, sino todo el gabinete empiezan con el pesado fardo heredado, de la vacancia y el indulto. Con PPK en condición de “pato rengo”, no podrá impulsar ninguna iniciativa ni retomar algún tipo de liderazgo, como se muestra en sus fantasmagóricas apariciones en la inauguración del Dakar y de un puente en Piura. Por los factores mencionados, tampoco la Premier podrá ser un contrapeso. Se ha visto obligada a convocar excompañeros de gestión en el gobierno aprista, donde ella también tuvo varios cargos.
Ni siquiera tiene una alianza explícita con el partido beneficiado por el indulto, pero dependerá de Fuerza Popular en el Congreso, y en las calles, para darle algo de sostenibilidad. En vez de ahorrarle crecientes costos al país, PPK nos lleva por un calvario. Se aferra a algunos colaboradores de confianza (cuyas vinculaciones comienzan a salir en la prensa), aunque no tengan el perfil para los puestos. Se trata de sobrevivir a cualquier costo.
Las protestas
A las sucesivas marchas contra el indulto y que piden su vacancia, se han sumado protestas sociales diversas. Primero fueron los arroceros, luego los productores de papa, en el sector agricultura familiar, abandonado por varios gobiernos. Anteriormente trabajadores portuarios, que no quieren la privatización del puerto Salaverry, los pescadores que muestran captura de juveniles en la anchoveta que ponen en riesgo el producto, los maestros que anuncian retomarán medidas de fuerza, trabajadores mineros que reclaman sus derechos, movimientos regionales diversos que se reúnen en el sur para tomar medidas de mayor envergadura, federaciones estudiantiles que toman locales, etc. A ello se suman los conflictos monitoreados por la Defensoría del Pueblo, de índole socio-ambiental, que están en diversos territorios de la República. Ni hablar de las justificadas protestas de las regiones del norte por el abandono, indolencia, ineficiencia con el que se ha tratado la reconstrucción (a pesar de tener los recursos).
Por el momento son luchas aisladas e inconexas, pero hay más de un sector político que está tratando de articularlas, para buscar consumar la vacancia de facto de PPK, abrir un espacio electoral que sincere la actual correlación de fuerzas, con un nuevo gobierno y Parlamento.
Las políticas
Está programado el aumento de la inversión pública, aunque siempre con el miedo del déficit, que es la prioridad, como ha recordado la ministra. En vez de dar mayores recursos a gobiernos regionales y locales para la ejecución presupuestal, se busca continuar de manera creciente con las asociaciones público- privadas y obras por impuestos, cuando todavía no terminamos de salir de las implicancias de Lava Jato, y siguen apareciendo vínculos e intereses que serían incompatibles con el ejercicio del poder. Más allá del esfuerzo de funcionarios, sin liderazgo político, los problemas no serán resueltos. La inversión privada estará en espera a la solución de la crisis, más allá de los mineros que están en ejecución o que han sido relanzados por el alza de los precios internacionales de los metales.
Una buena noticia es la reducción de la tasa de interés de referencia del BCR, que contribuirá a la reactivación. Con la inflación por debajo del rango meta, hay un margen, dado también el respiro en el frente externo que tenemos por la recuperación de los países centrales, y la mejora en los precios de exportaciones.
Seguro insistirán con el Congreso en la delegación de facultades legislativas, para profundizar el modelo con una mayor flexibilización laboral, reducción de estándares ambientales, privatización de lo que queda de empresas estatales y de las propias políticas (incluso en sectores como educación, salud).
Represión
Con un gobierno agónico, no hay capacidad de convencer, solo de imponer con sus nuevos aliados congresales las medidas, y/o aumentar la represión en todo el territorio. Los poderes fácticos buscarán se haga las tareas sucias en lo que quede del gobierno, para que uno nuevo con “legitimidad”, continúe el camino. La reciente declaratoria de emergencia de varias localidades del centro y sur del país, es el comienzo. Persistir en ese camino terminará de incendiar la República en su Bicentenario. Lo mejor es propiciar una salida democrática a la crisis, con un paso al costado de PPK y nuevas elecciones. Allí veremos qué modelo económico e institucional quiere el pueblo, y deberíamos acatar su veredicto.