Bombardeos de Trump: ¿qué hacemos en América Latina?
Alan Fairlie
Cuando aún se discutían las repercusiones del bombardeo con misiles en Siria, se lanzó en Afganistán la bomba no atómica más potente del arsenal de EEUU. Ha señalado que China debe poner en orden a Corea del Norte o tomará cartas en el asunto, amenaza a Irán. Qué sigue?
Hay explicaciones diferentes en cada caso, pero constituyen flagrantes violaciones del derecho internacional. Son acciones unilaterales al margen de organismos multilaterales o de Naciones Unidas. No se pueden justificar.
Considerando los actores nucleares involucrados esto puede salir de control en cualquier momento, cuando países explícitamente han señalado que responderán a nuevos ataques. Es volver a la ley de la selva. Ya en el plano comercial EEUU adelantó acciones o declaraciones, donde lo multilateral no era algo prioritario. Pero, en el plan militar, se está jugando con fuego.
Es fundamental retomar el camino del diálogo, el de los canales internacionalmente instituidos, fortaleciendo el multilateralismo y usando todos los foros que sean necesarios y posibles. Se está generando un retroceso que puede ser irreversible.
Los enfoques
Quizá es hora también de revisar algunos enfoques conceptuales que privilegiaban la interdependencia económica como factor que reducía los conflictos. Aquí parece ser que los recursos los tomarán quienes pueden, independientemente de la soberanía de los países a los que pertenecen. Quiero algo, lo tomo. Cuestionan o amenazan mi interés o proyección geopolítica o geoestratégica los bombardeo, someto por la fuerza o invado. La lucha por recursos a escala planetaria o el reordenamiento de las hegemonías, han llevado a guerras mundiales en el pasado, solo que no fueron atómicas.
También, teorías que enfatizaban valores supuestamente aceptados universalmente o la existencia de instituciones que ponían límites creíbles y efectivos a los países que atentaran contra objetivos comunes o el bienestar de la humanidad. Aquí, si no funcionan las instituciones o así lo creo, actúo unilateralmente, si puedo. Se está dando entonces que el poder económico y militar, el poder nacional de los estados y países, es el que prima. La ley del más fuerte.
América latina
En América Latina hay países afines a políticas impulsadas por la superpotencia mundial o cuyas políticas exteriores les son funcionales. Independientemente se asuma o no que esto también está alineado con el interés nacional de estos estados. Hay otras opciones que han buscado mayor autonomía o equilibrios en el escenario mundial para construir un mundo multipolar. A partir de estas concepciones se dan políticas de inserción internacional o de integración, para alcanzar tales objetivos.
Esto no significa que no se pueda llegar a posiciones comunes o mínima coexistencia, como se ha dado en mayor o menor grado en UNASUR y otros foros. América Latina es una zona de paz, y debiera seguir siéndolo. El aval a estas políticas unilaterales que estamos comentando, no contribuye a lograrlo.
Para países pequeños o medianas potencias regionales, lo que más les conviene es el fortalecimiento de la institucionalidad multilateral, ya que serán perdedores en la globalización, si se aplica la ley de la selva.
Si ya los cambios en la política de EEUU previos a los bombardeos, creaban la necesidad de una mayor integración en América Latina, parece que ahora se requiere más que nunca. Particularmente, en el espacio sudamericano. Más allá de la difícil coyuntura que vienen atravesado nuestros países, de los diferentes regímenes políticos y opciones ideológicas existentes. En ese sentido, son positivas iniciativas como los diálogos Alianza del Pacífico –Mercosur o las que impulsan los organismos regionales como ALADI o CEPAL, buscando los espacios y mecanismos que permitan impulsar la integración y convergencia regional(que incluso organismos como el Banco Mundial recomiendan hoy).
Es fundamental intentar ese camino, no solo para buscar formas alternativas de inserción internacional y el cambio de nuestro rol como exportadores de materias primas, o nuestra complementariedad económica y política. Sino que si emulamos actos de la superpotencia, no solo tendríamos que crecer económicamente, sino armarnos hasta los dientes para defender nuestros recursos y soberanía. Algunos incluso podrían verse tentados a seguir el ejemplo de la agresión, si no resolvemos de otro modo las asimetrías económicas, sociales culturales y militares existentes.
Perú
Fue un grave error la declaración presidencial, avalando la agresión a Siria. El Perú históricamente ha sido pacifista, respetuoso de los derechos humanos y de los organismos de Naciones Unidas, de la solución pacífica de controversias. No deberíamos alejarnos de ese camino, y más bien tratar de construir una posición conjunta latinoamericana a partir de sus mecanismos de integración, que le diga unida al mundo que la violencia, agresión y acciones unilaterales no son el camino.
Debemos tomar distancia de políticas agresivas que violan la soberanía de los estados, y que ponen en riesgo la paz y convivencia mundiales.