Análisis del Objetivo Prioritario 3 del Plan Nacional de Competitividad y Productividad 2019-2030 desde el Enfoque de Innovación Inclusiva

Escribe: Dra. Ursula Harman

La ciencia, tecnología e innovación (CTI) son ampliamente reconocidas como ejes importantes para el desarrollo social y económico de Latinoamérica. Sin embargo, los modelos tradicionales de innovación que apuntan a producir nuevos bienes y servicios en los mercados convencionales de globalización, mejoran la productividad de los productores formales, y se centran en el crecimiento económico más que en las necesidades de desarrollo social; tienden a reforzar las desigualdades. Es por ello que diversos autores coinciden en que la CTI para la competitividad no es suficiente para América Latina, pues el efecto de derrame de la competitividad y del crecimiento económico excluye a un cuarto o un tercio de la población en países altamente desiguales e informales como Perú.

En este sentido, el análisis del tercer objetivo prioritario del Plan Nacional de Competitividad y Productividad 2019-2030 desde el enfoque de innovación inclusiva es relevante para nuestro contexto. El desarrollo de las capacidades para la innovación, adopción y transferencia de mejoras tecnológicas requiere primordialmente del fortalecimiento de la comunicación, los circuitos de retroalimentación, la colaboración, el intercambio de conocimientos y la creación de redes entre los actores del ecosistema de innovación. Ello implica mirar más allá de las cantidades en términos de inversión, productos, normativas, instrumentos y organizaciones de I+D+i, con el fin de desarrollar e incorporar indicadores que nos permitan entender los procesos de interacción que vienen generando agencia y aprendizaje entre dichos actores.

Otro aspecto a discutir en el objetivo prioritario 3 es la orientación de la CTI a las demandas del mercado, cuando la demanda privada es muy débil porque la inversión en I+D realizada por las empresas en Perú es escasa. Entonces, el privilegio de las necesidades del mercado en el diseño de políticas de CTI mejora el bienestar de los consumidores de ingresos medios y altos, pero omite preocupaciones legítimas de nuestra sociedad como la desnutrición, la precariedad de las viviendas en zonas rurales y urbanas, la contaminación y degradación ambiental, el acceso a salud y educación de calidad e infraestructura energética y de saneamiento. Estos son problemas que nos hace pensar seriamente en la responsabilidad de la CTI en la solución de estos problemas, y en la construcción de un proyecto país con prioridades concretas y no diluidas en manos del mercado.

Para ello, necesitamos diseñar e implementar políticas de CTI como políticas sociales y a la vez, desarrollar políticas sociales como políticas de innovación, en el que podamos convertir tales demandas o necesidades en una fuente de oportunidades para la producción de diferentes formas de conocimiento (científico, no científico, tecnológico, no tecnológico, tácitas y codificadas), capacidades y habilidades. Asimismo, es un reto aplicar tales conocimientos en donde las poblaciones vulnerables y tradicionalmente excluidas también sean parte de la red de innovadores y no sólo participen como consumidores finales.

En cuanto a las medidas de política del tercer objetivo prioritario, es importante mencionar que la creación de la infraestructura digital para la gobernanza conjunta de fondos y programas para la CTI debe contemplar mecanismos para articular la oferta científica y tecnológica con la demanda mencionada líneas arriba, y mecanismos de transparencia que permitan conocer el impacto de los proyectos que han sido financiados con fondos públicos. La articulación entre la oferta y la demanda en CTI también requiere de un tejido organizacional de soporte como laboratorios de innovación, think tanks, grupos de investigación que permitan, por ejemplo, colaborar con gobiernos locales o regionales a resolver sus problemas de manera innovadora.

Otra medida de política es la creación del Centro de Innovación Espacio Ciencia para visibilizar la relevancia de la CTI en el quehacer cotidiano y el desarrollo del país. Este centro debe ser también un espacio para la participación y deliberación pública en todo lo relativo a las transformaciones científicas y tecnológicas. La ciudadanía debe contar con mecanismos participativos para opinar, explorar y negociar alternativas posibles en la construcción tecno-científica de nuestra sociedad.

Finalmente, es urgente contar con escuelas de formación académica en CTI desde las ciencias sociales para discutir críticamente los cambios socio-técnicos a nivel local, regional y global. El capital humano especializado en la CTI debe ser transdisciplinario sobre todo para entender que la ciencia, las tecnologías e innovaciones son procesos sociales y, por lo tanto, no están exentas de relaciones de poder entre los países productores de conocimiento y países periféricos del sistema científico internacional. El análisis crítico de las nuevas formas de colonización a través de la CTI es la base para desarrollar una identidad científica, tecnológica e innovadora acorde a las necesidades y capacidades del Perú.

Foto: xavieraragay.com

RESUMEN PROFESIONAL

Doctora en Innovación Inclusiva por The University of Queensland, Australia. Socióloga y Magíster en Gestión y Política de la Innovación y Tecnología por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Más de 12 años de experiencia facilitando procesos de investigación, desarrollo e innovación tecnológica orientados al desarrollo de comunidades. Actualmente, docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la PUCP, docente de la Dirección de Estudios Generales de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) y Regidora de la Municipalidad Distrital de San Bartolo para el periodo 2019-2022. Colabora también como investigadora en el Grupo de Apoyo al Sector Rural (GRUPO PUCP), es miembro titular del Comité de Ética para la Investigación de la USIL, Directora Regional para América del Sur de la Asociación Internacional para el Desarrollo Comunitario. Ha realizado pasantías sobre innovación, emprendimiento y desarrollo comunitario en India, Indonesia, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Chile. Recientemente, Eisenhower Fellow del Programa de Líderes Latinoamericanos. Inglés fluido hablado y escrito.

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