EL ROL DEL DIÁLOGO SOCIAL EN LA RECUPERACIÓN

El último informe “Diálogo social, habilidades y COVID-19” elaborado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en colaboración con otros organismos[1], revela que el diálogo social ha jugado un rol decisivo desde el inicio de la pandemia y ha permitido en varios países mitigar las presiones de la crisis por coronavirus sobre los mercados laborales. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) concuerda en que, a largo plazo, el dialogo social también permitirá ‘reconstruir mejor’ la economía mundial, y corregir el déficit de empleos decentes en los mercados laborales de varias partes del mundo. 

El diálogo social, ayudó a incrementar la resiliencia de los mercados laborales. Los acuerdos negociados entre empresa, sindicatos y gobierno permitieron (i) limitar los despidos por parte de empleadores; (ii) reducir las horas de trabajo y recortes salariales con el consentimiento de los sindicatos; y (iii) definir la pertinencia de subsidios gubernamentales.

El dialogo social, también fue crucial para proteger la salud y seguridad de los trabajadores, en el retorno a sus puestos de trabajo. De hecho, varias industrias optaron por abrir espacios de negociación colectiva que involucraran a los trabajadores. En Reino Unido, el acuerdo entre Rolls Royce y el sindicato de trabajadores dio lugar a un mayor consenso sobre las medidas de protección para trabajadores, y la reducción de horas de trabajo. En Turquía, el gobierno junto a diversos actores sociales negoció procedimientos y principios de protección para trabajadores de diversos sectores económicos, los sectores más riesgosos recibieron prioridad. En Italia, se negoció tempranamente un Código de Conducta para trabajadores de la primera línea de defensa frente al COVID-19 y posteriormente se decidió complementarlo con un segundo protocolo de salud y seguridad aplicable para todos los sectores económicos.

La OECD, rescata de estas experiencias prácticas, su capacidad para dar una voz colectiva a trabajadores con más dificultades para expresar sus demandas.

Diálogo social y recuperación

La crisis por COVID-19 ha desestabilizado los mercados laborales a nivel mundial, y aquellos con fragilidades preexistentes han sido los más afectados. La OIT, estima que la actual crisis generará un mayor desempleo de largo plazo. Además, dado que cerca de las tres cuartas partes de los trabajadores informales en el mundo habrían visto reducir sus ingresos en 60%, la OIT prevé un incremento de la pobreza de estas personas y sus familias en 34 puntos porcentuales.

En vista de que la actual crisis podría tener efectos persistentes sobre los mercados laborales, la OECD recomienda que cualquier plan de recuperación económica sostenible no puede ignorar la necesidad de mitigar y abordar la agudización de desigualdades. En ese sentido, la promoción del diálogo social será crucial.

La OIT prevé que el dialogo social será sumamente importante para una mejor adaptación a los nuevos desafíos desatados por el coronavirus, pues permitirá lograr soluciones a problemas de interés común y complementarlo con políticas públicas que regulen el empleo y la protección social.

Ese es el camino que deberíamos seguir en el país, un diálogo que también tome en cuenta las propuestas de los trabajadores, y no solo de los gremios empresariales. No solo para enfrentar la emergencia sanitaria, sino una estrategia de desarrollo inclusiva que busque el bienestar de la población.


[1] https://www.theglobaldeal.com/social-dialogue-skills-and-covid-19.pdf

FOTO: OCDE

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