Educación Superior: la represión no es el camino

Alan Fairlie

Esta semana miembros de la comunidad universitaria de San Marcos, tomaron el local universitario. De madrugada irrumpieron tanquetas que “restablecieron el orden”, pero no resuelven el problema.
Hay varios temas de discusión. Primero es el tema de los recursos (hay otras demandas como el de régimen laboral y favoritismo en ciertos programas que no abordaremos ahora). La demanda estudiantil reclamaba por pagos adicionales que debían hacer por uso de laboratorios y por otros conceptos, supuestamente voluntarios, que en la práctica eran una pensión camuflada. La suma en términos absolutos puede ser calificada (como hicieron algunos periodistas), de no significativa. Pero, para estudiantes con familias de bajos ingresos, puede hacer la diferencia para la subsistencia, considerando que hay reportes de enfermedades graves en un número alarmante de estudiantes.

EL problema de fondo, son los bajos recursos que reciben las universidades nacionales. Esto obliga a vender servicios externos, una suerte de privatización encubierta, para completar recursos mínimos de financiamiento. Si se otorgan los recursos necesarios, estos cobros serían innecesarios. Se atenta además contra el principio de gratuidad de la enseñanza. Los préstamos que algunos plantean como solución, han mostrado sus limitaciones en experiencias cercanas como la chilena.
Se ha dado una nueva ley universitaria, donde además se exige investigación, calidad y una serie de indicadores plausibles. Supone también, cambios en la gobernanza universitaria. EL problema, otra vez, son los recursos que no se otorgan y limitan la posibilidad de cumplir con las metas planteadas.

Universidades públicas y privadas

Las universidades públicas han jugado un rol democratizador y de reducción de la brecha de oportunidades y conocimientos, para amplios sectores dela población. Deberían ser consolidadas para que sigan jugando un rol de liderazgo en la educación superior del Perú, asegurando los mecanismos que le permitan mejorar su calidad y dar un servicio adecuado con estándares internacionales.
Hay una coexistencia de las públicas, con universidades privadas (con y sin fines de lucro). La proliferación de universidades privadas en los noventa, fue uno de los detonantes del problema actual, creando nuevas limitaciones estructurales. Hay universidades privadas de buena calidad y con exitosas experiencias de internacionalización. Lamentablemente no es la norma, y una SUNEDU independiente del gobierno de turno, debiera asegurarse del cumplimiento de los estándares que se requieren. Se puede dar una coexistencia entre los diferentes esquemas, que se complete con la reglamentación idónea de los institutos técnicos de educación superior. Pero, se requiere una adecuada supervisión, que asegure el cumplimiento de las metas que debe tener un país que quiera proyectarse al futuro.

Universidad, ciencia y tecnología y educación
La universidad debe producir conocimientos. Pero, debe haber un entorno que lo permita: Buenas políticas, incentivos diversos (algunos tributarios existen), sinergia con el estado y el sector privado, internacionalización y cooperación internacional.
La producción de conocimientos, deberían responder a las demandas del desarrollo nacional, independientemente de otras motivaciones y agendas que pueden coexistir.
Nuevamente, aquí hay islas de excelencia. A veces no instituciones, sino investigadores que pertenecen a redes internacionales, funcionando por su cuenta. La articulación con instituciones públicas de investigación (civiles y militares) es clave. Nos parece que para llevar esto al máximo nivel político, debería crearse un ministerio de ciencia, tecnología y educación superior.
Las universidades requieren un trato peculiar, separado de la dinámica y políticas que se dan para la educación secundaria y privada. La ley universitaria debe ser perfeccionada, para que se pueda cumplir plenamente con los fines planteados. Se debe impulsar la carrera del investigador con becas y financiamiento suficientes, que pueda implementar un plan nacional de ciencia y tecnología articulado a la estrategia de desarrollo nacional.
Lo ocurrido en San Marcos, es terrible no solo porque se dificulta el avance de la institución, sino que mina el liderazgo que le corresponde como universidad pública cuatricentenaria, para todo el proceso que hay que implementar. La comunidad universitaria debe encontrar las vías de diálogo, que le permitan retomar el camino. Debería darse respetando su autonomía.

La represión no es el camino
El ingreso de fuerzas policiales o militares a una universidad, no es precisamente la imagen deseable para una universidad pública o un país que cumpla con los objetivos que estamos señalando. Más allá de las diferencias internas, hay una identidad y misión universitaria que debería prevalecer por encima de todo.
Se debe respetar la autonomía universitaria, y crear las condiciones internas para el desarrollo y cumplimiento de las políticas. La represión no es el camino.

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