Mejor sigamos los consejos de la OIT

Alan Fairlie / Rosa Varillas

La Organización Internacional del Trabajo – OIT, publicó su reciente trabajo de investigación “Panorama Laboral 2019”, en el cual señala que nos encontramos ante una incertidumbre, para los trabajadores y sus familias Esto, debido a que los indicadores de los mercados de trabajo no son positivos, y que la perspectiva es el aumento de la desocupación y menor calidad de los empleos.

La incertidumbre está relacionada a la desaceleración económica y los conflictos comerciales, tecnológicos y geopolíticos a nivel mundial, particularmente entre EEUU y China, lo cual nos afecta. Situación que ha contribuido a diversas protestas contra la desigualdad, deficientes condiciones de vida y ausencia de trabajo decente, en varios países de la región.

Según la información presentada por la OIT, la desocupación en el 2019 sería de 26 millones de personas sin empleo, y para el 2020 se proyecta 27 millones. La tasa promedio de desocupación en el 2018 fue de un 8%, y al finalizar el 2019 sería un 8.1%. En el caso de las mujeres, la situación empeora debido a que la tasa promedio regional de desempleo es de 10.2%. Y, es peor aún para los jóvenes, 20% de desempleo al primer trimestre del 2019. Es decir, uno de cada cinco jóvenes busca trabajo y no lo encuentra. Además, el 60% de los jóvenes trabaja en un empleo informal y el 22% no estudia ni trabaja.

En este contexto, se viene dando un aumento de la tasa de participación y el estancamiento de la tasa de ocupación. Esta situación genera mayor informalidad laboral y autoempleo, haciendo más complicado lograr empleos dignos y productivos, protección social y derechos laborales.

Desaceleración económica

El informe señala que las cifras de crecimiento del 2019 han sido menores que las del 2018, y 23 de las 33 economías de la región han desacelerado su economía. Los factores que lo explican son la estructura económica y productiva de cada país y la dependencia de la exportación de materias primas, remesas, o turismo. “Durante el periodo del superciclo de materias primas y bonanza global, su crecimiento se aceleró proporcionalmente más que el promedio mundial. Pero aún en este contexto tan favorable para ALC, lo máximo que pudo lograr la región fue mantener su participación del PIB mundial. Antes y después, dicha participación ha caído sostenidamente, debido a las bajas tasas de crecimiento relativas a la región”[1].

Gráfico tomado de: OIT. (2019). “Panorama Laboral 2019”. (p. 29)

Asimismo, la OIT señala que ALC es una región con bajos niveles de productividad laboral y productividad total de factores, siendo los factores que la limitan, los bajos niveles de capital humano, brechas de infraestructura, inversiones poco atractivas, elevada informalidad, falta de innovación, débil institucionalidad, entre otros. Esto no coincide con lo que se señala en la Política y el Plan Nacional de Competitividad y Productividad, donde el gobierno pretende responsabilizar a los trabajadores por la falta de productividad y con ello reducir los “altos costos laborales”, cuando debería de solucionar los verdaderos factores que determinan la productividad.

Desempleo

La falta de crecimiento económico influye en la creación de empleo. Este informe señala que la tasa de desocupación regional, se genera en un contexto de aumento de la tasa de participación[2]. Por lo que, si la desaceleración continúa, será mayor el impacto en las tasas de ocupación[3] y desocupación[4].

En el siguiente cuadro vemos qué en Perú, la tasa de participación, ocupación y desocupación son similares el 2018 y 2019.

Gráfico tomado de: OIT. (2019). “Panorama Laboral 2019”. (p. 40).

Asimismo, según los indicadores del mercado de trabajo para la región, podemos observar que la tasa de desocupación ha ido en aumento los últimos años y esto ha afectado aún más a los jóvenes.

Gráfico tomado de: OIT. (2019). “Panorama Laboral 2019”. (p. 43).

Más empleos en el sector servicios

El empleo en la región, se caracteriza por el crecimiento en el sector servicios. El informe de la OIT señala que entre el 2015 y 2018, el empleo en los sectores servicios especialmente servicios comunales, sociales y personales; concentran más de un tercio del empleo urbano total (y aproximadamente un cuarto del empleo se concentra en comercio).

Por otra parte, si bien hubo crecimiento en los salarios promedios y mínimos, y en los salarios de las mujeres, estos aún son mínimos.

Como lo señala el informe de la OIT, “Es probable que en la demanda laboral se comience a observar los efectos de la fase de desaceleración del ciclo económico. En lo particular, esto se expresaría en una tendencia a la contracción de la tasa de ocupación. Por otra parte la participación laboral continuaría aumentando de forma moderada, especialmente en las mujeres”[5]. En ese sentido, la OIT menciona que para dar repuestas ante la desocupación que viene en aumento se necesitará fortalecer el diálogo social para el diseño de políticas socio-laborales, debido a que en los próximos años se espera un menor crecimiento económico y el aumento de demandas de los trabajadores.

Sin dialogo social no se podrá afrontar la crisis que se avecina

Coincidimos con lo señalado por la OIT. Nos acercamos a un proceso de crisis, ante la desaceleración económica y las constantes demandas laborales que no son atendidas. El periodo de bonanza económica no se tradujo en desarrollo industrial ni tecnológico para la región, con empleos de calidad. Seguimos siendo exportadores de materias primas, por lo que nos afectan aún más los conflictos en el comercio mundial. La OIT, exhorta al dialogo social para enfrentar la creciente desocupación social y los cerca de 27 millones de desempleados que tendrá la región en el 2020. Sin embargo, en nuestro país, en vez de priorizar el diálogo social, y prepararnos para enfrentar las consecuencias de esta crisis y el malestar social que se expresará en protesta, se continúa imponiendo reformas anti-laborales y restringiendo derechos a los trabajadores. Estamos advertidos.

Foto tomada de: El Economista América


[1] OIT. (2020). “Panorama Laboral 2019”. p.29.

[2] Tomado de la OIT: Tasa de Participación: es el resultado de multiplicar por cien el cociente obtenido al dividir la población económicamente activa o fuerza de trabajo entre la población en edad de trabajar, y representa la proporción de la población en edad de trabajar que participa activamente en el mercado de trabajo.

[3] Tomado de la OIT: Tasa de ocupación es el resultado de multiplicar por cien el cociente obtenido al dividir el número de personas ocupadas entre la población en edad de trabajar, y denota el grado de aprovechamiento de los recursos humanos que se encuentran en edad de trabajar.

[4] Tomado de la OIT: Tasa de desocupación es el resultado de multiplicar por cien el cociente obtenido al dividir el número de personas desocupadas entre la población económicamente activa, y representa la proporción de la fuerza de trabajo que se encuentra desocupada.

[5] OIT. (2020). “Panorama Laboral 2019”. p.58.



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