Día Internacional de la Mujer: Cómo estamos y lo que debemos erradicar

Despacho Parlamentario Andino Alan Fairlie

1. En el Perú, como en los países andinos, el nivel de reconocimiento y ejercicio pleno de los derechos de las mujeres está relacionada con la calidad de nuestra vida ciudadana. La violencia que se ejerce sobre las mujeres dice mucho sobre la forma como se estructura la violencia en nuestras sociedades, así como la discriminación en todas sus formas que viven las mujeres nos indican cuánto estamos avanzado en las políticas de igualdad y en nuestra convivencia democrática.

2. A pesar del mayor reconocimiento que las mujeres van alcanzando en la vida política y económica, la desigualdad de género persiste en nuestros países. Por sus efectos en la integridad física y mental de las mujeres, la violencia contra la mujer es la más urgente de erradicar. Según la Organización Mundial de Salud (OMS), en la región andina, el 40.63 % de las mujeres afirma haber sufrido una situación de violencia por parte de sus parejas y el 15.33% haber experimentado violencia sexual al menos una vez en su vida.[1] El Perú tiene una de las más altas tasas de violencia sexual en el mundo, ocupa el tercer lugar (luego de Etiopía y Bangladesh) y el primer lugar en América Latina.

3. La desigualdad económica también es notoria en relación a los ingresos. En todos los países de la región latinoamericana el porcentaje de mujeres sin ingresos es tres veces mayor que el de los hombres, y en Perú el 32.3% de las mujeres no tienen ingresos propios, en comparación con el 12.5% de hombres que no los tienen. Además señalar que las mujeres latinoamericanas cargan sobre sus hombros el 60% del trabajo no remunerado, es decir, el trabajo del cuidado de los niños/as, enfermos y ancianos y de mantenimiento de los hogares, por el cual no se recibe salario. En Perú las mujeres dedican 40 horas al trabajo no remunerado mientras que los hombres sólo 16 horas. [2]

4. El ejercicio del poder político es también muy desigual, donde la escasa representación de las mujeres en la vida política y la presencia del acoso y violencia política contra las mujeres que ejercen poder constituye otra dimensión de la desigualdad. En nuestro país sólo el 26.9% de los congresistas son mujeres y en el caso de los parlamentarios andinos, en la representación peruana no hay mujeres. La presencia en los gobiernos locales es lamentable, apenas el 2.8% son mujeres y el 12,3% a nivel regional (ALyC), que es bajo también. El poder sigue estando mal distribuido para las mujeres. [3]

5. En nuestro país, estos avances de los derechos de las mujeres y su voluntad de enfrentar toda forma de violencia han plasmado una movilización feminista y popular pocas veces vista en los últimos años. Campañas como “Déjala Decidir” y particularmente la Marcha Nacional Ni Una Menos (13 agosto 2016), el Paro Internacional de las mujeres (ver demandas en anexo) y la movilización nacional que se realiza este 8 de marzo con la Marcha por la Igualdad de Género. Estos hitos marcan un momento histórico en el debate público por la lucha legítima hacia la igualdad de género.

6. Esto se ha reflejado en avances legislativos e institucionales contra la violencia de género, como DL N° 1323^[4], que crea un delito específico para sancionar la violencia contra las mujeres. Otro instrumento es el Plan Nacional contra la Violencia (2016), que ha incluido también la definición y sanción a todo tipo de violencia, incluyendo la violencia de las mujeres en los conflictos sociales. En el Congreso actual se han preparado varias iniciativas legislativas importantes, entre ellas el proyecto de ley que propone el reconocimiento legal de la identidad de género (N 790/2016), la ley que despenaliza el aborto en casos de embarazo como consecuencia de violación sexual (N387/2016), la ley para prevenir, sancionar y erradicar el acoso político contra las mujeres (N673/2016), la ley que reconoce el derecho a salas cunas y guarderías en empresas con diez o más trabajadores (N776/2016), la ley de matrimonio civil igualitario (N961/2016)

7. Avances en Parlamento Andino: aprobó la Decisión 1372 que acuerda el “Marco normativo para la erradicación de todas las formas de violencia contra la mujer”, como instrumento regional para impulsar mecanismos y políticas integrales para la erradicación de todas las formas de violencia contra la mujer, así como a sus familias.[5] El Parlamento Andino define la violencia contra la mujer como toda acción, conducta u omisión, sea abierta o encubierta, que tenga por objeto causar la muerte, daño o sufrimiento por su condición de género femenino en el ámbito público y privado. Al mismo tiempo, incluye situaciones de violencia doméstica, en la comunidad y aquella perpetrada o tolerada por el Estado como una ofensa a la dignidad humana.

[1] Tomado del “Marco normativo para la erradicación de todas las formas de violencia contra la mujer” Parlamento Andino

[2] Cifras de Cepal: Horizontes 2030/mayo 2016, Autonomía de las Mujeres e Igualdad en la Agenda/ diciembre 2016 y La República, Mujeres con Poder, del 5 marzo 2017

[3] La República, ibid

[4] Un Resumen sobre el Decreto Legislativo N° 1323 de violencia de género realizado por Beatriz Ramírez. http://legis.pe/resumen-decreto-legislativo-1323-violencia-genero/ Estipula además una mejora de las circunstancias agravantes de los delitos de feminicidio, lesiones graves y lesiones leves. Creación  de delitos de explotación sexual, esclavitud y otras formas de explotación y trabajo forzoso. Inclusión de orientación sexual y la identidad de género como categorías expresas prohibidas de discriminación

[5] La Decisión 1372 aprobó el “Marco normativo para la erradicación de todas las formas de violencia contra la mujer”. Los Estados miembros del Parlamento Andino (Perú, Colombia, Chile, Ecuador y Bolivia) de acuerdo con sus Constituciones, compromisos, tratados internacionales y normas supranacionales deben condenar cualquier tipo y modalidad de violencia contra la mujer.