La Agenda 2030 y las obligaciones de Perú en el marco del Congreso de Áreas Protegidas de América Latina

Escribe: PhD. C. Erika Um Flores/ Coordinadora de III CAPLAC y miembro de IUCN – CEM

III CAPLAC en Lima-Perú

Perú recibió a casi más de 3000 expertos del mundo en el III Congreso de Áreas Protegidas de América Latina y el Caribe – bajo el lema Soluciones para el bienestar y el desarrollo sostenible. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) fue el organizador junto FAO, RED Parques, Comisión Mundial de Áreas Protegidas y SERNANP.

El evento se clausuró con cuatro importantes instrumentos, “Declaración de Lima”, “Declaración de los pueblos indígenas de Abya Yala”, “Declaración de Mujeres en Conservación” y “Declaración de Jóvenes Campeones”, entre otros documentos para los próximos encuentros.

El evento cumplió su objetivo en brindar las herramientas necesarias para los próximos 10 años en materia de áreas protegidas: cómo orientar las políticas públicas sobre diversidad biológica, gobernanza, sostenibilidad, servicios ecosistémicos, turismo, pesquería y otras.

Cabe precisar que, IUCN define a las Áreas Protegidas como como “un espacio geográfico claramente definido, reconocido, dedicado y administrado, a través de medios legales u otros medios eficaces, para lograr la conservación de la naturaleza a largo plazo, con servicios ecosistémicos y valores culturales asociados”[1].

En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (CMDS) celebrada en Johannesburgo, en septiembre de 2002, se acordó evitar la pérdida de biodiversidad de manera sustantiva para el año 2010. Una serie de congresos se han llevaron a cabo en torno a las Ares Protegidas[2] desde el 2002[3].

Hasta el 2007, en el V Congreso Mundial de Parques en Durban, se tenía un total de 11.5% de la superficie terrestre como Áreas Protegidas. Al 2019, se registraría un aproximado de 15%, con más de 20 millones de km2 de superficie terrestre; considerando las aguas territoriales.

De igual manera las áreas marinas protegidas, se habría registrado al 2006[4] un aproximado de 4 millones de km2, a la actualidad se tendría cerca de 27 millones de km2, cubriendo el 7% de los océanos del planeta[5]. Teniendo un incremento de 0,2% de las áreas terrestres y de 3,2% de las áreas marinas desde el informe de UNEP-WCMC al 2018.

Cabe resaltar que la tasa más alta de protección del territorio corresponde a los países de América Latina y el Caribe, con unos 5 millones de km2 en total. Aproximadamente la mitad de dicha extensión se encuentra en Brasil, que ostenta la red de áreas protegidas más extensa del mundo con 2,47 millones de km2.

Recordemos que Brasil fue el foco de atención de la comunidad científica por los incendios, al igual que Bolivia. Sin embargo, analizando el registro de incendios en Brasil el 2005, 2007 y 2010 fue mucho mayor que registrado al 2019. Considerando que, hubo un incremento del 45% respecto al 2018. Cifras interesantes se ven en Perú, el cual, claramente los efectos negativos, se tuvo en décadas pasadas.

Fuente: Instituto Nacional De Pesquisas Espaciais

Perú como uno de los países con mayor cobertura de bosque tropical, ha cumplido con los objetivos de conservación, pero sin duda, este logro se debe irrefutablemente a la presencia de las comunidades nativas e indígenas, que han sabido proteger sus tierras y la biodiversidad que muchas naciones y/o transnacionales ven con interés y pretensión para sus futuras generaciones.

El incremento de declaración de Áreas Protegidas en Perú y el mundo aumentará, en este contexto nos podríamos formular la siguiente pregunta ¿Cuántas áreas protegidas debe declarar el Perú para que el mundo cuente con una seguridad alimentaria, recursos genéticos, servicios ecosistémicos hídricos y secuestro de carbono? En la Agenda 2030 ya se tendría la respuesta.  

Mecanismo Financiero, las Áreas Protegidas, su biodiversidad y la Agenda de las Naciones Unidas

Las Naciones Unidas apuntan a detener la pérdida de biodiversidad para 2020, en parte mediante la promoción de esquemas de financiamiento que reconozcan el valor económico de los ecosistemas vivos de nuestro planeta. Uno de estos esquemas es el “Mecanismo de Desarrollo Verde”. En el Congreso de Áreas Protegidas de América Latina y el Caribe, se desarrollo sesiones especificas en el eje de Estrategias Financieras con más de veinte exponentes, además de cinco paneles, los cuáles se debatió la eficacia de diversos mecanismos financieros y la eficiencia del gasto de los fondos en las Áreas Protegidas; así como la participación de las comunidades locales, campesinas e indígenas en su sostenibilidad.

Como bien indica la ministra Fabiola Muñoz, los pueblos indígenas, son los guardianes de nuestra Amazonía[6]. Pero, ¿Qué pasaría si el estado pierde la función de ser guardianes de sus recursos? Es una de las inquietudes del Protocolo de Nagoya.

Recordemos, el principal objetivo estipulado del Protocolo es “la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos, incluso por medio del acceso apropiado a los recursos genéticos y por medio de la transferencia apropiada de tecnologías pertinentes, teniendo en cuenta todos los derechos sobre dichos recursos y tecnologías…” (Art. 1 del Protocolo).  

Con lo cual abría un riesgo latente, el patrimonio genético de las comunidades indígenas y sus saberes ancestrales sea incluido en el desarrollo de proyectos de investigación a nivel internacional, biotecnología entre ellas, trastocando la reglamentación ética o de derechos humanos. En tanto, será necesario que el gobierno peruano, defina y precise el consentimiento fundamentado previo como requisito obligatorio, así como los medios del uso y conocimiento de recursos genéticos y saberes ancestrales.

Al 2014, Perú, así como otros 50 países de américa latina firmaron el Protocolo de Nagoya, sin embargo, potencias a nivel mundial como China, Canadá, Rusia, Brasil, EEUU, no lo han ratificado. Recordemos que Brasil, es el país con la mayor biodiversidad del mundo.        

Retos pendientes:

  1. Reglamentación: El Gobierno de Perú deberá contar con una reglamentación de transferencia y uso de recursos genéticos
  2. Sistema Nacional de Áreas Protegidas:  La Dorsal de Nazca, propuesta de área protegida marino costero deberá de garantizar las salvaguardas ambientales y sociales en la actividad pesquera tradicional, así como la demanda potencial de las futuras generaciones en el Perú.
  3. Comunidades campesinas y nativas:  deberán de proteger y salvaguardas su patrimonio genético y saberes ancestrales. No todo deberá de transferirse, es legado soberano de un país.
  4. Agenda ONU: El estado peruano ha firmado una serie de acuerdos a nivel internacional, se deberá de garantizar que con ello no se pierda la soberanía de nuestro país, ni de nuestros recursos.

Foto: Andina


[1] Day et al.,(2012), “Guidelines for Applying the IUCN Protected Area Management Categories to Marine Protected Areas”.

[2] Nota: V Congreso Mundial de Parques en Durban el 2007. El Primer Foro Sudamericano de Áreas Protegidas, convocado por la UICN SUR y celebrado en Buenos Aires, en marzo del 2003, Congreso de Áreas Protegidas en Brasil en Fortaleza en el 2002; Congresos de Áreas protegidas en Guatemala y Honduras en el 2001 y 2002, respectivamente; el Foro de Áreas Protegidas de Bolivia, en el 2002 y la Consulta Nacional realizada en Paraguay en el mismo año.  

[3] IUCN (2003) “Áreas protegidas en Latinoamérica – De caracas a Durban”.

[4] FAO (2012), “Estado de las Áreas Marinas y Costeras Protegidas en América Latina”.

[5] https://www.unenvironment.org/es/noticias-y-reportajes/comunicado-de-prensa/con-el-15-de-las-areas-terrestres-y-el-7-de-las-areas

[6] Entrevista a ministra Fabiola Muñoz en el Oslo Tropical Forest Fórum 2018. Obtenido en: https://norad.no/en/front/events/oslo-tropical-forest-forum-2018/

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