Guerra comercial entre China y Estados Unidos: entorno internacional preocupante

En la actualidad, China es el principal socio comercial de Estados Unidos. China pasó de exportar por un valor de 27,450 millones de dólares en 1992 a alcanzar un valor de 539,500 millones de dólares en el 2018. Al año 2018, el déficit comercial de EE.UU. con China ascendió a 419 mil millones de dólares.

La guerra comercial entre China y EE.UU. se inició en marzo de 2018, cuando  el presidente Donald Trump anunció la intención de aumentar los aranceles a las importaciones de China, argumentando prácticas desleales de comercio y robo de la propiedad intelectual. En represalia, el gobierno de China respondió anunciando un alza de aranceles a los productos provenientes de EE.UU.

El 6 de junio de 2018, ambos países aumentan sus aranceles a las importaciones por un valor de 34,000 millones de dólares, con lo que se dio el inicio oficial de la guerra comercial. Dos meses después, el 13 de agosto, se registró la segunda alza de aranceles por ambos países donde en promedio gravarían 16,000 millones de dólares cada uno. Un mes más tarde, el 17 de septiembre, EE.UU. vuelve a aumentar sus aranceles sobre 200,000 millones de dólares de importaciones adicionales, y China responde con un alza sobre nuevas importaciones por un valor de 60,000 millones dólares. Después de ocho meses, el 10 de mayo del 2019, EE.UU. sube los aranceles a un 25%. Un mes más tarde, China eleva sus aranceles a una tasa similar.

Frente a estas tensiones comerciales, el 2 de junio de 2019, la Oficina de Información del Consejo de Estado de China emitió un “Libro Blanco sobre la posición de China sobre las consultas económicas y comerciales entre China y EE.UU.”, donde China declara su firme posición de estar comprometida con consultas creíbles basadas en la igualdad y el beneficio mutuo y resalta que no dará lugar a cuestiones de principio destacando que ambos países deben respetar las diferencias en su desarrollo nacional y las instituciones de cada uno.

El 9 de junio de 2019, los ministros de Economía y Finanzas del G20, en la reunión de Fukuoka (Japón), en el comunicado oficial expresaron su preocupación por los riesgos del aumento en las tensiones geopolíticas y comerciales, y que están dispuestos a tomar medidas adicionales.

En la cumbre del G20, realizada los días 28 y 29 de junio, los presidentes de EE.UU. y China pactaron una tregua en su guerra comercial acordando restablecer las conversaciones económicas y comerciales entre los dos países, las cuales habían sido interrumpidas desde mayo de 2019. Estados Unidos accedió a no imponer nuevos aranceles sobre sus importaciones chinas y que sus empresas puedan vender productos y componentes a la tecnología china Huawei. A cambio, China accedió a comprar más bienes agrícolas estadounidenses. Ya hemos comentado antes sobre la competencia en tecnología, que subyace al conflicto comercial (http://alanfairliereinoso.pe/?p=3811).

Posteriormente, en la cumbre del G7, realizada del 24 al 26 de agosto, El gobierno de EE.UU. confirmó reanudar estas negociaciones para lograr un acuerdo con China. Asimismo, en la declaración oficial,  los líderes del G7 manifestaron que es necesario revisar algunas de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para hacerla más efectiva en la solución de problemas relacionados con la protección de la propiedad intelectual y de esta manera se elimine las prácticas comerciales desleales.

Sin embargo, una semana después, el primero de septiembre de 2019, EE.UU. volvió a subir sus aranceles por el valor de 112 mil millones de dólares. No obstante, el presidente de EE.UU. ha retrasado la introducción de aranceles del 10% sobre ciertos productos chinos electrónicos -como ordenadores portátiles, videoconsolas de juegos y teléfonos móviles, entre otros- hasta el próximo 15 de diciembre, con el objetivo de relajar tensiones con China e intentar garantizar que no baje el gasto de las familias en la Navidad.

Estas tensiones comerciales han tenido repercusiones sobre el comercio y el crecimiento económico mundiales. De acuerdo con un comunicado dado por la Organización Mundial del Comercio en abril de 2019, ellos prevén que el volumen del comercio en 2019 descienda a un 2,6% frente al 3% registrado en 2018 debido al aumento de estas tensiones comerciales y a la mayor incertidumbre económica. Según el último informe de Perspectivas Económicas elaborado por el Banco Mundial el comercio y la inversión internacional más débiles de lo esperado a principios de año, ha conllevado a la modificación del pronóstico del crecimiento económico mundial, pasando de 2,9% pronosticado en enero a 2,6% en junio. De acuerdo con el Informe de Perspectivas de la Economía Mundial elaborado por el Fondo Monetario Internacional, la actividad económica mundial se debilitó el 2018 debido principalmente a las tensiones comerciales y al aumento de aranceles entre China y EE.UU. El FMI proyecta una tasa de crecimiento mundial el 2019 (3.3%) menor al crecimiento alcanzado el 2018 (3.6%).

Este mes se realizará la nueva ronda de negociaciones económicas y comerciales entre China y EE.UU. y esperamos que se siga fortaleciendo el orden multilateral. Es importante revertir el unilateralismo como práctica, ya que perjudica sobre todo a países medianos o pequeños como los de América Latina. Se deben fortalecer los organismos de integración regional, y construir posiciones conjuntas para actuar coordinados en un entorno internacional incierto.

El llamado de China en la última Asamblea de Naciones Unidas, para buscar un acuerdo, nos parece pertinente. No solo se afecta el comercio, sino las inversiones, en un contexto en que algunos expertos pronostican una próxima recesión mundial y serios problemas en los mercados financieros globales. El país y la región, deberían estrechar lazos y posiciones para enfrentar en mejores condiciones este escenario.

IMAGEN: FREIGHT WAVES

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